viernes, 18 de abril de 2008

La formación pastoral.



En este siglo XXI, la formación pastoral tiene nuevos desafíos, hoy no solo se requiere una sólida preparación humana y teológica, si no también una educación más amplia en el campo de los demás saberes.
El pastor no puede desconocer al menos someramente las implicancias de las denominadas ciencias auxiliares, o las problemáticas sociales que le rodean, tanto para poder desempeñarse como un verdadero guía de la grey, como un defensor de la Palabra de Dios.
No basta la amplia experiencia pastoral, si bien es base muy importante en el desarrollo y la condición de una comunidad u organización, también esta debe ser acompañada por una adecuada formación intelectual en el campo teológico, y a su vez con un manejo de la realidad cercana para así poder desarrollar la pastoral.
Lamentablemente da pena muchas veces a pastores mal formados que presumen de erudición o de conocimientos de las Escrituras, los cuales parafrasean a grandes teólogos, o lo que es peor distorsionan el verdadero significado, y ni hablar de los improvisados en el campo pastoral, algunos esgrimiendo titulaciones o grados académicos de dudosa procedencia y atreviéndose incluso a otorgar grados académicos a otros, que en alguna medida caen presa de estos estafadores intelectuales y que denigran la verdadera esencia de la Palabra de Dios, por desconocerla y provocar un latrocinio de su contenido.
Es horroroso ver como pastores se someten a los vaivenes de los vientos de las teologías, no por un convencimiento intelectual o espiritual si no por una raíz monetaria y someten a su vez a engaño a sus comunidades.
Necesitamos con urgencias pastores intelectualmente aptos y bien formados espiritualmente para enfrentar a estos nuevos fariseos del ministerio pastoral, que abusándose de la escasa formación de algunos del pueblo fiel, se enriquecen en su ignorancia y depredando los bienes de su comunidad.
Nos exige este tiempo una alta capacitación en los diferentes campos de la teología, y de las ciencias auxiliares, es más me atrevería a decir que es una condición sin la cual no se puede ejercer un ministerio sano y saludable en beneficio de todos los cristianos y de la misma sociedad.
Se que hay muchos que por impedimentos diversos no pueden concurrir a centros de formación , pero para ello ha surgido seminarios serios y reconocidos en el ámbito de la formación teológica que pueden ser de gran utilidad para el pastor que seriamente toma su ministerio y llamado de Dios mismo, hay instituciones como Flet, MINTS, Fundación IBRC, Seminario Teológico San Agustín, incluso el nuevo Seminario Teológico San Lucas, que cuenta con excelentes respaldos académicos, entre otros muchos y de gran prestigio.
Hoy la capacitación del pastor no admite excusas, el mundo y nuestras comunidades necesitan de ministros excelentemente formados, no se puede relatar un cuento piadoso en los pulpitos o prometerles curaciones rimbombantes o lluvia de bienes y con gritos desaforados de Aleluya o Gloria a Dios, en fin…, necesitamos pastores de excelencia, y nuestra misión como iglesias reformadas, es lograr capacitar a nuestros obreros del Evangelio lo mejor posible acorde a estos tiempos.
Que Dios nos de la fuerza, la capacidad y los recursos para llevar este ministerio de la educación de nuestros ministros y la sabiduría para formarlos adecuadamente, y a su vez capacitarnos en la diversidad de los estudios teológicos y especializarnos constantemente para bien en nuestro ministerio. Rev. José Luis Podestá

miércoles, 2 de abril de 2008

Recuperar y afianzar la identidad reformada rumbo al jubileo de Juan Calvino.





Comenzamos a transitar los primeros meses de este año 2.008, caminando sin pausa al gran acontecimiento del 2.009 para todos los reformados, que es la conmemoración de los 500 años del nacimiento de Juan Calvino.

Este tiempo que se avecina de gozo para la familia reformada, nos tiene que cuestionar si somos fieles a las Santas Escrituras y a las enseñazas del gran hombre de Ginebra.

Es bueno que nos planteemos en este tiempo si logramos avanzar en la propagación de la fe reformada, si pudimos extender la verdad revelada y sobre todo la alegría de la salvación en Cristo Jesús.

No dejemos de cuestionarnos en que se falla, ¿porque no seguimos creciendo? y no solo porque en muchos lugares estamos estancados, si no lo peor ,cerrando templos, mirando impávidos como la reforma se apaga en algunos lugares o no se logra plantar firmemente, a causa de varios factores.

Muchas veces me cuestiono e invito a otros también a realizarse la misma pregunta, ¿si no somos demasiados egoístas con los ministros, misioneros, con los que desean iniciar proyectos reformados de diferente índole?, miro alrededor y me alarma el no encontrar colegios, hospitales, universidades, orfanatos, hogares de ancianos, templos, seminarios, etc., de origen reformado. ¿Que esta pasando? ¿Que es lo que nos detiene en la construcción de lo anteriormente mencionado? ¿Que pasa que no tenemos fuerza para llevar adelante la obra que Dios nos encomienda?, ¿donde están los recursos? o ¿es que el egoísmo que contamina al mundo también nos sofoca a nosotros los cristianos reformados?

Me asusta que permanezcamos aletargados en ilusiones o recetas mágicas, pensado que estamos firmes y a flote cuando en realidad el barco se hunde en muchas naciones, ¿donde está la iglesia reformada en este siglo XXI?, ¿que hacemos cuando presenciamos como se cierran los templos, se venden convirtiéndose en lugares de baile o supermercados, o son destruidos para otros fines?, ¿o las universidades que se dicen reformadas se secularizan tanto que pierden su esencia e identidad?, ¿donde están lo lugares de refugio, hogares, orfanatos? Cuantas veces vemos como los seminarios se tuercen al liberalismo teológico y lo único que hacemos es despotricar contra los profesores o las autoridades, pero no apoyamos que eso no suceda o nos preocupamos realmente en apoyar obras de formación académica fieles a las Santas Escrituras.

Nos afligimos porque nuestros hijos no tienen educación cristiana conveniente en las escuelas, pero no nos preocupamos en apoyar proyectos de fundación de centros educativos que den real testimonio en la sociedad.

Cuanta deficiencia tenemos en la obras misioneras por inmensidad de causas, y la falta de recursos puesto en estas empresas que son proyectos de Dios .Tenemos que pensar que la mayoría de estas obras de evangelización son a largo plazo y es nuestra obligación formar la infraestructura para que la iglesia se haga presente como faro en la oscuridad.

Me lastima observar que tan poco se trabaja en conjunto entre las iglesias, se ve en organismos internacionales donde nos juntamos para proyectar el avance de nuestras diferentes denominaciones y se llega a pocos logros, ¿pero qué nos pasa a los reformados que tenemos miedo de actuar en el mundo?, vemos azorados como las sectas avanza a pie firme y con enormes cantidades de dinero, comprando colegios, universidades, construyendo templos, incomparables centros de acogida, ¿y nosotros donde estamos?, vemos a la lejanía en retirada, abandonando nuestro lugar de batalla en el mundo, en donde el mismo Juan Calvino se jugó cada día de su vida para que la verdad de la Palabra de Dios brillara sin mancha, para el gran reformador y muchos de su tiempo se preocuparon que existieran centros educativos, lugares de contención, etc., ¿hoy como enfrentamos nuestra historia reformada, donde estamos parados en ese siglo XXI?

Apelo a todos los reformados fieles a la Biblia, Palabra de Dios, que nos pongamos manos a la obra, en extender la fe reformada por cada rincón del planeta, que cumplamos la gran encomienda que nuestro Señor nos dio el “ir hasta los confines de la Tierra”, estamos viviendo un tiempo de gracia, una camino al jubileo del gran hombre de la reforma, aprovechemos este tiempo no para encerrarnos con miedo en nuestros templos, cuidando nuestro “jardín de fe” y preocupándonos solamente por nosotros con un exceso de individualismos, si no embarquémonos hacia una apertura misionera, en todas las áreas de las sociedad, allí debemos hacernos presente en cada lugar, con templos, centros educativos, sedes de asistencias a los hermanos que lo necesitan, etc.

Tengo la firme esperanza que a la sombra de Calvino muchos en este camino al 2.009 lograremos recomenzar la actividad de incursión en todos los ámbitos para hacer brillar la luz de Cristo y los ideales de la fe reformada.

Que este Jubileo que se aproxima nos encuentre más unidos y activos que nunca en la historia, hoy necesitamos iglesias fieles y obras que sean lumbreras en el camino y en donde se imparta el desarrollo que la reforma históricamente trajo al mundo, ¡Adelante, no nos dejemos estar! ¡Cristo nos pedirá cuenta!

Rev. José Luis Podestá