miércoles, 26 de noviembre de 2008

Velad y orad, tiempo de adviento una oportunidad para recomenzar el camino a la oración.





“Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. Como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio a sus siervos su hacienda, y a cada uno su cargo, y al portero mandó que velase. Velad pues, porque no sabéis cuándo el Señor de la casa vendrá; si a la tarde, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando viniere de repente, no os halle durmiendo. Y las cosas que a vosotros digo, a todos les digo: Velad.” (Mar. 13: 33-37)


Jesús con estas palabra advierte a los discípulos y a todos los oyentes de que permanezcan en vela, que estén en permanente oración para esperar su venida.
Pero ese mensaje no solo queda en el tiempo si no que es un mensaje totalmente actual y Jesús nos habla hoy y nos pide exactamente lo mismo que velemos, que estemos atento y oremos, lamentablemente en un mundo donde la capacidad de atención y de postrarse en oración se a perdido es imperioso que los cristianos hoy nos aboquemos a la oración, con eso no quiero decir que nos apartemos de nuestras actividades cotidiana todo lo contrario , hacerla mejor que nunca, y sobre todo aprovechar nuestro tiempo y dedicar a la oración y al culto a Dios siempre, no solo los domingo en nuestros templos si no en nuestro hogar, en nuestro trabajo, dedicarnos a alabar a Dios a través de honrar a nuestro hermanos.
Estar atentos a la venida del Señor, que no nos encuentre con las manos vacías y limpias por no hacer nada; vivimos en circunstancias donde la comunidad eclesial debe ocuparse de muchas cosas para palear las necesidades del prójimo, hoy no se puede esperar la venida de Cristo como si no sucediera nada a nuestro alrededor y egoístamente pensar en nosotros mismos, hoy Dios nos pide que seamos testimonios encarnados de la fe, ser reformadores de sociedades, comenzando por reformarnos a nosotros mismos y así a nuestro entorno.
Ese Cristo que subió a los cielos regresara para el juicio final, que no nos encuentre dormitando en el sueño de una vida asegurada y de una iglesia apoltronada con el paso de los años que sus miembros estén vegetando, sin tener la llama encendida de la misión, de ir al otro que espera, y que nos quedamos con los brazos cruzados y el prójimo sigue sin escuchar el mensaje salvador del Cristo, verbo encarnado para nuestra redención.

Este domingo comenzamos el adviento, es una oportunidad para reorganizar nuestra vida como personas y como iglesia institucional, avocarnos a la oración, a la reflexión en la espera de la conmemoración de la navidad, pero también que esa oración sea motor para generar el impulso misionero como iglesia, una comunidad que no haga oídos sordos a las necesidades los hermanos , tanto de nuestras iglesias como de la sociedad toda, una iglesia que no evangeliza esta muerta , una comunidad que no se preocupa y ocupa de las necesidades de prójimo es una comunidad que no entendió el Evangelio de Cristo, un evangelio radicar, que no admite a tibios o acomodaticios del momentos, o a personas o ministros que solo buscan tranquilizar su consciencia en sentirse salvados por el gratuito don de Dios y desprecia a los demás, cuidado! No ser un sepulcro blanqueado como el mismo Señor lo expreso, sepamos estar alertas, asiduos en la oración, prestos a la acción, para que este tiempo de preparación de la navidad que es el adviento, sea un tiempo precioso para ocuparnos como iglesia a llevar la Palabra de Dios.
Oremos sin parar, actuemos orando para el bien de la comunidad.

Rev. José Luis Podestá