lunes, 23 de marzo de 2009

El pastor y la paz en la comunidad eclesial.




Encontramos en nuestras iglesias, dificultades que muchas veces se transforman en problemas groseros y cuando comenzamos a desenmarañar esa gran madeja, nos damos cuenta que no era grave lo que causó un gran alboroto e incluso divisiones en las comunidades.

Por lo tanto, los pastores siempre juntos a sus ministros de gobierno, debe ser un dispensador de la paz y el entendimiento, jamás deber promover divisiones o separaciones entre hermanos.

El ministro tiene que tener un temple de “acero” para dejar su ira, su carácter, en pos de la escucha, el entendimiento fraterno y la solución rápida y menos dolorosa para todos, incluso si es en contra de los intereses personales, la paz de la iglesia es lo primordial, ya que en cada comunidad se refleja a Cristo, y en nosotros, como sus ministros tenemos que tender la mano del perdón y la concordia para subsanar los conflictos.

Lamentablemente muchas causas de las peleas es por la introducción de doctrinas extrañas en la iglesia que atentan contra la Palabra de Dios, o simplemente ambiciones personales a costa de los intereses de las comunidades de creyentes.

Nuestra misión como pastores es conducir el rebaño a beber en las aguas de la sana doctrina y alimentarse en los pastos de la fraternidad, es nuestra obligación como responsables de la enseñaza doctrinal llevarlos con y desde las Escrituras.

No aprobemos que los intereses personales ahoguen las incumbencias de todos los miembros de la iglesia y menos los frutos de Dios que otorga a cada comunidad.

Busquemos la paz y la conciliación en nuestras comunidades, y cada miembro en su puesto para la mayor gloria de Dios y no para intereses espurios que solo provocan división, sobre todo, el pastor debe poseer el temple necesario para no verse arrastrado ante la intemperancia y la discordia, y siempre en oración y con alta prudencia para lograr una armónica convivencia de los hermanos congregados. Así Dios lo quiera y nos guíe.


Rev. José Luis Podestá