lunes, 2 de noviembre de 2009

Importancia del evangelio de Juan para conocer a Jesús.


Una de las características literarias más típicas del evangelio Joaneo es el hecho de formular verdades teológicas muy penetrantes sin expresarlas explícitamente, ya sea a través de una pregunta punzante, refiriéndose a un término o una frase que se da a confusión por el doble sentido, o por el uso de símbolos fuertemente insinuantes. Quien le atento este Evangelio, de Juan, confiesa muy pronto que el evangelista quiere dar a deducir a lo largo del texto muchas más cosas de las que alude explícitamente.
Con frecuencia algunos oyentes de Jesús lo mal interpretan y esto da ocasión a una nueva ilustración para dilucidar el asunto o dejarle al lector del Evangelio la posibilidad de hacerlo con su propia reflexión. Algunos ejemplos como Jn 2:19-21 Jesús habla de destruir y reconstruir el templo y los judíos piensan en el templo de Jerusalén, la realidad es que él habla de su cuerpo; en 3:3-5 Jesús habla de volver a nacer y Nicodemo piensa en entrar otra vez en el vientre materno, el Señor se refería al nacimiento por obra del Espíritu; en 4:10-15 habla de un agua viva que la mujer samaritana asemeja con el agua material, en realidad Jesús quiere indicar el don de su palabra y del Espíritu, en 4:31-34 Jesús habla de un alimento que los discípulos desconocen y estos piensan que alguien le ha traído de comer, la realidad es que Jesús está refiriéndose a concebir la voluntad del Padre; en 6:51-52 habla de dar a comer su carne y los judíos especulan en la carne material, en realidad Jesús se refiere a la comunión con su persona; en 8: 51-53 asevera que quien pone en práctica su palabra no morirá, los que lo escuchan cavilan en la muerte física, en cambio Jesús se refiere a la muerte en sentido espiritual, así también en 8:56-58 Jesús dice que Abraham se alegró al verlo y los Hebreos lo juzgan absurdo ya que Jesús no tenía por lo menos cincuenta años, evidentemente Jesús se refería su condición divina y eterna. Otros ejemplos pueden verse en Jn. 12:32-34; 11:23-25; 13:36-38; 14:7-9, entre otros.
Llevar a una comprensión más penetrante de la verdad revelada de Jesús mediante el Evangelios de Juan y la forma que el escritor Bíblico va desenmascarando las falsificaciones de la fe. Este acrecienta la ironía que Jesús usa para referirse de los temas centrales de la fe y que apunta a los incrédulos o lo que se dicen maestros de la ley , no por ello dejan de ir cada palabra acompañada de ternura que caracteriza al Hijos de Dios, él Verbo encarnado, pero el cuarto evangelio no deja al margen la hostilidad, el estupor, el sufrimiento, el drama, que el Evangelista coloca en los pasajes de las disputas y diálogos de Jesús para con los hombres, incluso sus discípulos. Algunos ejemplos como en 1:38 Jesús se da media vuelta y pregunta a dos discípulos de Juan que lo siguen "y ustedes, ¿qué buscan?"; e en 1:50 con tono punzante Jesús le dice a Natanael “ ¿te basta para creer que te vi debajo de la higuera?"; También en 3:10 ante la incomprensión de Nicodemo, Jesús le expresa "¿tú eres maestro en Israel e ignoras estas cosas?"; en 4:17-18 también a la mujer samaritana le dice "cierto, no tienes marido; has tenido cinco y ése con el que ahora vives no es tu marido"; o como en 5:6 al enfermo de la piscina Jesús le interpela "¿quieres quedar sano?"; en 10:31 a los judíos que desean apedrearle Jesús les reprocha con una punzante ironía "he hecho delante de ustedes muchas obras buenas… ¿por cuál de ellas quieren apedrearme?". Otros ejemplos surcan todo el Evangelio de Juan y de allí se desprende la importancia para nosotros los pastores de conocer en profundidad el cuarto Evangelio. Es fundamental este para poder desarrollar un buen trabajo de evangelización y predicar bien a Jesús como el Logos de Dios, la Palabra que cohabita con el Padre y el Espíritu Santo.
No puede ser que muchos que suben a un pulpito a predicar, no puedan al menos referirse acertadamente al contenido del cuarto Evangelio, no solo que tiene una facilidad para exponer las verdades de la fe , si no que también es un escrito intrincado digno para los que gustan de investigar las profundidades de la verdad de Jesús, relatada por Juan, un Evangelio con dos características especiales que son la simplicidad para cualquier lector entender quien es el Cristo, y para los que gustan de adentrase en la mar de la investigación neo testamentaria.
Invito a todos los lectores y pastores a navegar por el mar del Evangelio juánico, que es expresión de la verdad de quien fue Jesús de Nazaret.
Rev. José Luis Podestá