viernes, 19 de septiembre de 2008

El palurdismo religioso en una sociedad fragmentada.


No podemos evitar ver con asombro, la cantidad de movimientos eclesiales que aparecen día a día en nuestro territorio, lamentablemente no con las ganas de llevar la Palabra de Dios a los hombres y responder así a la gran comisión dada por el hombre de Nazareth, Jesucristo Hombre y Dios, si no , con el merito absoluto de saquear el rebaño de Dios, aprovechándose de las necesidades, a costa de milagrerios baratos, que en realidad son caros para la feligresía que osa entrar en sus rediles eclesiales.

Seudos ministros que promete curas milagrosas totalmente alejada de la verdad Bíblica, jugando con la desesperación de muchos, sobre todo los enfermos, que ante padecimientos terminales, buscan desesperadamente el milagro que los saque de tanto sufrimiento, estos palurdos en el ministerio, solo aprovechan a beneficiarse del dinero o bienes de las pobres victimas, que ante tanto dolor no dudan en dar lo que sea para lograr su curación o parar su sufrimiento de la forma que sea, incluso entregando lo esencial para su vida cotidiana, es desagraciado ver como seudos pastores, se aprovechan sin escrúpulos de las personas, teniendo nula consideración de la salud física o mental del prójimo que se les acerca en busca de consuelo.

Es horroroso ver como hay anuncios que promocionan cuadros sangrantes, curas milagrosas, imágenes que lloran y provocan curaciones prodigiosas, etc., rematando esos avisos con una frase identificatoria de la seriedad de esos ministros como “hay servicio de buffet, traer sillas”, parece sarcástico ,pero he podido yo mismo ver esos anuncios en donde prima el desquicio del ministro que juega a ser Dios, anunciándose como sanador y con su amuleto sanante que es un cuadro o una imagen que llora sangre, o también con el clásico slogan pare de sufrir, pero eso si , si entrega cien dólares parará su sufrimiento, si no parece que el remedio a la cura de sus dolores, no lo obtendrá.

Pero no nos debe sorprender, vivimos en un sociedad compleja, fragmentada , y eso se refleja en el concierto desafinado de denominaciones religiosas que carecen de seriedad, y que no tienen nada de cristiano, esto lamentablemente deja en situación incomoda a las iglesias que intentan con muchísimo esfuerzo predicar la Palabra de Dios, que con casi nulo o muy pocos recursos se sacrifican en todos los rincones de la Patria, a ellos va mi más fiel reconocimiento y apoyo en la oración, que son victimas de esa chusma palurda de predicadores electrónicos o salteadores del rebaño; que desaparecen tan rápido como llegan a los lugares, dejan el tendal y el desprestigio.

A raíz de esto, las iglesias fieles deben salir a reparar los daños provocados por estos vándalos de la fe.

Por eso es necesario recuperar el Cristianismo Bíblico, que septiembre no sea solo el mes al año en donde se conmemore a la Biblia como Palabra verdadera de Dios, si no que cada día sea el Día de la Biblia, solo con ella y ser fieles a su contenido, es como lograremos evangelizar a las personas, mostrándoles la verdad y no con milagros dignos del cine, y muy lejos de la verdad revelada.

Ruego a Dios que las iglesias vuelvan a recuperar el sentido bíblico y ofrecer al pueblo el agua que quita la sed y que sana de verdad, Jesucristo Nuestros Señor.

Rev. José Luis Podestá

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es muy cierto lo que se afirma en esta editorial. Lo que no debiera es sorprendernos ni desalentarnos, ya que desde el mismo nacimiento de la Iglesia se nos previene, en las cartas apostólicas, acerca de los falsos maestros, los lobos rapaces, los falsos pastores que son sólo "ovejas engordadas", los falsos "profetas" y "apóstoles" que surgen como hongos por todas partes, que sólo buscan agradar al ojo del hombre; olvidando que -con ello- se granjean el repudio y castigo divino que sus prácticas les acarrean.

Difícilmente alguno de ellos deje las comodidades terrenales que su vieja naturaleza carnal les procura; y opten por sufrir como siervos fieles del Señor.

Han eliminado el concepto bíblico del sufrimiento; lo detestan; le tienen terror. El "aquí y ahora" es para ellos más acuciante que desarrollarse espiritualmente en esperanza.

Quizá debiéramos reconocer que ninguna hora es mejor que ésta, para reavivar la llama de la Reforma; aquella que cinco siglos atrás fue provocada por la corrupción de la iglesia católica romana, ahora está siendo alimentada por la corrupción reinante en muchas de las auto denominadas "iglesias evangélicas".

Estemos disponibles para ser marcados -y aún consumidos- por el fuego del Señor; tal como nos dejaron su ejemplo nuestros padres espirituales que amaron al Señor Jesucristo hasta la muerte.

Adelante con los editoriales; el Señor, a su tiempo, les dará frutos dignos de Su gloria.