lunes, 15 de noviembre de 2010

El reencuentro entre Dios y el hombre


Vivimos en una sociedad del siglo XXI en donde lo religioso o el creer se transforma casi en objeto de burla, a pesar que cada día más la gente cree o tiene creencias tan dispares que es difícil poder englobar certeramente cuanta gente tiene fe en tal o cual cosa.
Otros tienen fe en la ciencia, pensando que la antropología, psicología, etnología, etc., darán definitivamente la explicación a todo lo que sucede y harán desaparecer todas las religiones. Pues estos mismos se niegan a reconocer que el ser humano cada día se encuentra en una búsqueda de la trascendencia mayor que lo que la ciencia puede brindarles, claro y no hay que negar que gracias a el desarrollo científico la humanidad tiene un mejor vivir en algunos aspectos, pero también el agobio de las sociedades tecnificadas están obligando al hombre a refugiarse en los caminos seguros de la fe, y cuando me refiero a fe, no solo lo hago desde el punto de vista del Cristianismo, Judaísmo o Islam e incluso el Budismo, que son las corrientes de creencias mas extendida en el mundo, si no también en una gran cantidad de movimiento de “fe”, o de “creencias” que se van expandiendo cada día más, e incluso una búsqueda individual de una fe a “su medida” en donde nadie abarque el espacio que el mismo ocupa y así pueda él desarrollar su creencia.
Así que los que a viva voz proclaman que la “religión” se muere, me trae al recuerdo un “graffiti” que vi en Madrid, que decía en la entrada de un puente la siguiente leyenda “Dios a muerto,firmado Nische”, y al final de la salida del mismo decía “Nische a muerto , firmado Dios”, pues tendría que decirles que se equivocan los que proclaman la defunción de “lo religioso”, tal vez lo que ellos conocen como religión esté transformándose o no creciendo más por ineptitud de nosotros los ministros que tenemos obligaciones de llevar a las persona el mensaje, que por virtud de un “laicismo” mal entendido y con poca coherencia en sus profundidades ya que el mismo que esgrime los argumentos del laicismo termina teniendo una “fe” y una “creencia” en ese modo de ser, también termina en el fondo re-ligado a esa proclama, como una religión, sin ser en el fondo consciente de que así lo hace.
También estos movimientos nos tiene que interpelar en lo profundo de nuestro ser de cómo estamos llevando la evangelización nosotros que tenemos el deposito de la fe de Cristo, que nos reveló al Padre y la acción del Espíritu Santo en el correr del tiempo.
Debemos recomponer los métodos de evangelización y proyectar concienzudamente la forma de presentar la verdad de Cristo al mundo del siglo XXI, hoy lamentablemente estamos exhibiendo el Evangelio de una forma que no es atractiva ni interesante a nadie y por tanto vemos como cada día mas gente se va de nuestras iglesias a otras que les presentan “un evangelio renovado” que en el fondo no es ningún evangelio y solo es una forma de sacar el dinero y jugar con los sentimientos verdaderos de las personas.
Muchas veces nosotros alejamos al hombre de Dios, mostrando casi a un Dios dictador y poco comprensivo, los hemos humanizado demasiado casi a la par de los dioses griegos en que vivían en constantes conflictos entre si y tan miserables como la misma humanidad, entonces provocamos nosotros un alejamiento de la relación entre el Dios bíblico y el hombre, a causa de las cargas, al mejor estilo fariseo, que le colocamos a nuestros miembros.
Es por ello que la búsqueda de lo transcendente se está dando en la inserción y crecimiento de otros grupos religiosos o creencias autónomas y no dentro de una estructura eclesial.
Creo que debemos retomar los valores que llevo a la reforma a afianzarse en la historia e intervenir socialmente más fuerte y sin tanto estructuralismo a la hora de llevar el mensaje de Cristo. Es vergonzoso ver cuando hay que realizar un acto concreto o tomar una decisión para determinado acontecimiento, la lentitud, la cantidad de comisiones y manos por el que pasa el proyecto que cuando se aprueba lamentablemente ya quedo obsoleto por el tiempo transcurrido y volver a realizar las adaptaciones y nuevamente el mismo proceso, eso es una señal clara que a muchas iglesias y diría el 95% de ellas no les importa evangelizar, armar una misión seria, colaborar con las iglesias hermanas en producir y construir un proyecto evangelizador e inclusivo de los miembros de las iglesias asociadas. Es así que la gente cansada se retira a otros lugares en donde encuentra ese equilibrio emocional, esa paz, y el llenado de ese vacío que las iglesias tradicionales no puede cubrir por una falta de agilidad y mentalidad de misión adaptada a esta nueva era que el hombre transita en una búsqueda desesperada de lo trascendente.
Es hora que las iglesias comiencen a tomar enserio su rol de ser dispensadores de los misterios de Cristo y evangelizadoras según el mandato del mismo Señor, y organizando sus estructuras para que las decisiones se tomen rápidamente y estén atento a la velocidad del los tiempos en que vivimos.
Es así que la conmemoración pasada del día de la reforma nos tiene que alentar a reformar lo malo que tenemos y así volver a unir a Dios y el hombre a través del mensaje salvífico de Cristo.
Rev. José Luis Podestá

1 comentario:

Unknown dijo...

¿que diferencia existe ente ser católico y protestante?