jueves, 18 de diciembre de 2008

Romper tabúes, en la enfermedad Terminal.


En la sociedad occidental actual encontramos diferentes tabúes, hoy en día el sexo como objeto prohibitivo en ciertas sociedades y el no hablarlo dio paso a una libertada o mejor dicho libertinaje que no conoce limites todavía. Ésta ruptura de ese espacio opresivo se derivó a otro que casi no se toca, no se quiere hablar ni sentir, que son las enfermedades terminales, aquellas que indefectiblemente llevan al deceso de la persona, en muchas ocasiones con grandes traumas y sufrimientos.
Como agentes portadores del Evangelio en un ámbito donde el dolor y el sufrimiento es cotidiano, sea en la pastoral hospitalaria e incluso en las iglesias donde se reciben personas con problemas serios de salud y donde la desesperación les invade; es necesario aportar un estilo de acompañamiento basado en la Biblia, que permita ver el sufrimiento no como un castigo o que la enfermedad que porta será algo tan innombrable que no pueda ser asistido espiritualmente y acompañado en esa hoja de ruta que lo lleva a la casa del Padre Eterno.
Como diría Shakespeare en su obra Hamlet “Desde el momento en que nacemos comenzamos a morir”, parece una ironía pero la verdad que a partir de los veinticinco años cada día se mueren cien mil células cerebrales que no se reemplazan jamás, y si a ésta situación en un estado de normalidad se agrega drogas, alcohol, u otros abusos, el número seguramente aumentará.
Con esto quiero decir que la muerte es parte inexorable de nuestra existencia, y no menos profundo el sentimiento cuando alguien sufre de una enfermedad terminal que la recuperación casi no es factible, allí viene todo un proceso en que el acompañante pastoral y la familia deben trabajar en conjunto para lograr que el enfermo se estabilice lo más posible en lo emocional y espiritual, con la debida atención medica de la enfermedad, es importante que todos , familia, agentes de salud, médicos, enfermeros y pastores, trabajen en conjunto, romper el tabú del mal que aqueja, porque uno de los elementos que muchos conocidos o familiares hacen es ocultar la enfermedad, utilizando frases como “ ese mal” , “la peste” , “esa porquería”, “esa cosa mala”, etc. restando el nombre por miedo o ignorancia, con esos términos solo logramos que el padeciente se sienta más despreciado, como marginado, como un parasito sin sanación, como que posee algo innombrable que lo perjudica a él y a los demás, como un bicho , una cosa rara. Lamentablemente lo vemos a diarios, el tabú por las enfermedades incurables muchas veces provoca un estado de angustia peor que lo que padecería el enfermo si se lograra un acompañamiento adecuado.
No menos preocupantes es cuando jugamos a ser Dios, o a infligir las leyes de Dios, tomando la determinación de la vida en nuestras manos, propagando la eutanasia o el aborto, cuantas veces vemos que gente desea quietarse la vida por la enfermedad que sufre, y dando así la ruptura de la relación con Dios, sobre la vida y la muerte, hay que ser cautos, no propiciar esas situaciones que terminamos siendo cómplices de un suicidio o un homicidio en algunos casos.
Todas las enfermedades terminales son dolorosas y angustiantes, pero si tomamos la debida consciencia de llamarlas por su nombre, de aceptar la enfermedad y luchar lo más posible para vivir lo mejor que se pueda hasta el ultimo instante, lograremos mejorar nuestra situación de sufrimiento, aplacándolo tal vez un poco más y sobre todo con un buen acompañamiento espiritual con los ojos puestos en Dios, el Señor de la vida, quien nos espera al final de este camino, Él es nuestro Principio y final, Él es nuestro dueño , no nosotros ni nuestros familiares, ni nadie sobre la tierra.
Tomar consciencia de la enfermedad, tanto padecientes como familiares, hace bien para programar un plan sólido que dirija los últimos pasos a la casa del Padre, pastores bien formados en este tema que permitan sostener y contener al sufriente y a los seres queridos, para así lograr el alivio que solo la Palabra de Dios puede otorgar.
Romper el tabú, es romper nuestra oscuridad y limitación, así poder palear el sufrimiento; sabiendo siempre que el final de la vida terrena no es el final absoluto de nuestra existencia, si no el tránsito a la vida eterna.

Rev. José Luis Podestá

jueves, 11 de diciembre de 2008

Repensar la natividad


En ésta conmemoración del nacimiento de Jesús, en carne humana, nos trae el grandioso recuerdo de que también nosotros somos hijos de Dios, algo tan misterioso como tan sublime, un gran don, un gran regalo impagable.
El poder pronunciar simplemente Abba, Padre, tan simple y tan inmensurable es esta palabra para nosotros, para el destino final. Pero no menos increíble es la encarnación y nacimiento del Hijo de Dios, que vino para nuestra salvación, para una redención segura a nuestra naturaleza pecadora, caída, por la desobediencia de los primeros padres. Adán y Eva.
Dios hecho hombre, no quiso venir con grandes señales rimbombantes manifestaciones, fiestas alocadas y comilonas casi desfallecientes, si no que simplemente vino en la naturaleza y fragilidad de un niño, un bebe sometido a duras condiciones, como preludiando el destino terrenal que terminaría en la cruz para nuestra salvación, un sufrimiento y agonía que el hombre hubiera merecido, pero el opto cargar ese suplicio.
No vino en una familia real, si bien era Él rey del universo, no en la opulencia si no en la pobreza, siendo el dueño de todo lo existente en el orbe, el vino siendo pobre, para manifestar la gracia de Dios, que solo los humildes de corazón pueden comprender lo valioso de las cosas cuando no se tienen, en este caso el no tener el perdón o la salvación que solo Dios lo otorgaría por medio de Cristo.
No nació en palacio ni en una casa de clase media, si no, en una gruta rodeado de animales, y carencias, además de las limitaciones propias de la época.
Así el más rico del mundo, nació y murió en la pobreza, vio la luz terrenal en una gruta y cerro sus ojos en una cruz colgando desnudo a las voces vituperantes de lo que allí gozaban el espectáculo.
En esta navidad recordamos a ese niño que se hizo hombre y por su sangre nos redimió, es necesario pues, valorar el misterio inescrutable de la natividad de nuestro Señor Jesús, que se ofreció como pan para ser molido por la humanidad para así ser nuestro alimento perpetuo, ese cuerpo que se partió en la cruz por nosotros, hoy es partido espiritualmente en nuestra santa cena, el pan simbolizando su cuerpo y el vino su sangre, también somos consiente que gracias al nacimiento pobre en un pesebre, rodeado del esplendor de la humildad, logro para nosotros la salvación eterna, es digno recordad que hoy en una sociedad sin Dios, donde los niños se masacran en el aborto, los ancianos son sometidos al olvido en geriátricos, los enfermos son olvidados en camas de hospital, que muchas veces no tienen ni los mínimos recursos para atenderlos, o los diferentes sistemas de abusos sociales que vemos día a día, hoy nos acercamos a una fecha que para los cristianos es importante, porque “un niño nos ha nacido” ese infante que nos lleva a la cruz día a día, pero sin cruz sabemos que no hay redención, a través de esa cruz debemos estar atentos ante los desafíos de la sociedad que nos perpetúan como comunidad de fe, como responsables de hacer brillar la luz que un día nación en Belén, ser como niños para actuar como hombres y mujeres de fe en sociedades desgarradas, porqué sin nacimiento no hay cruz, sin cruz no hay redención, por eso no será fácil cambiar mentalidades, señalar errores sociales, pastorales, etc., pero debemos poner los ojos en ese niño que fue visitado por pastores, los marginales de Israel, por magos de orientes llevándoles los tesoros dignos de un rey, entonces tenemos que tener muy en claro que somos servidores del Rey de Reyes, Señor de Señores, no ser irresponsables con el sufrimiento ajeno, con el abuso a nuestros prójimo y menos ser indoctos con la predicación de la Palabra de Dios.
Que en esta Navidad que se acerca, sea un nuevo alumbramiento en nuestros corazones, para que podamos llevar la reforma a todos los rincones de la tierra, que no falten recursos ni medios para logar el objetivo, vale la pena todo sacrificio por el Reino, por quien nos redimió de nuestros pecados y nos conduce a vida eterna.
Así poder con gozo exultante decir “Un niño nos ha nacido”.
Feliz natividad del Señor a todos.
Rev. José Luis Podestá

El respeto por la vida.



En este comienzo del siglo XXI, parece que el respeto por la vida humana, se ha perdido, no es extraño ya escuchar que se promulgan leyes que permiten la eutanasia o el aborto, bajos ciertas razones que en realidad no lo son y quedan como excusas que no tienen sentido.
No es menos grave ver como en el campo de la medicina, muchos transforman la profesión del servir para sanar, en un negocio en vez de un servicio, hoy encontramos “profesionales de la medicina”, no todos, gracias a Dios es una minoría, pero existe, que no tienen escrúpulos y solo retumban con frases muy “trilladas” para justificar su impericia o la falta de interés por el enfermo, como la clásica “ esta viejo” “ y es hora que le suceda” , etc. Cuando es esto una forma de negligencia que atenta contra la vida y sobre todo contra el creador de la vida, que es el mismo Dios, cuando vemos esto no dejamos de cuestionario si realmente estas personas cumplen con su juramento hipocrático, o solo con un juramento de engordar en su negocio medico.
Es bueno recordar que ninguno de nosotros somos dueño de la vida, ni nadie tiene derechos a quitarla de ninguna forma, solo Dios es el señor de la existencia, Él nos creo y Él decide cuando llevarnos a su presencia, mientras tanto todos nosotros tenemos la obligación de defender la existencia de un ser, que es obra del Altísimo, no de nosotros.
En el ambiente hospitalario y en el trabajo pastoral, he podido observar muchas veces como algunos profesionales no se ocupan diligentemente por sus pacientes, si bien, más que como pacientes tendrían que verlos como su prójimo, como también observe médicos que dan su vida y sus horas más preciadas, restando tiempo a sus familias, sus estudios, su recreación, para estar al lado del enfermo y hacer lo imposible para lograr la curación, sin importar la edad, color, o credo del mismo.
Por eso es necesario que como cristianos reformados, luchemos contra las leyes que abren el negociado de la salud, transformando la vida humana en una moneda de intercambio y no en lo que es una criatura de Dios.
No podemos permitir que los centros de salud sean mercaderes de despojos humanos al son del ruido de los billetes, si no debemos con nuestra presencia, evangelizar a tiempo y destiempo, para que se entre en consciencia que las obras de salud se realicen en el prójimo, que es imagen de Dios, es imperioso como tal que todos los centros de salud cuenten con comité de bioética u órganos consultores sobre el tema de la vida, y para eso nosotros como ministros debemos estar atento para tender la mano cuando nos necesiten.
Así que no permitamos que se desarrolle el negocio de la salud a costa de la vida de los seres, y que la mejor ganancia sea la atención delicada de nuestros hermanos enfermos.

Roguemos a Dios que así sea y estar atento a esta lucha que es larga, y contra muchos intereses económicos, pero recordemos que luchamos para preservar la creación de Dios y sobre todo al ser humano, imagen del Dios viviente.

Rev. José Luis Podestá.

martes, 2 de diciembre de 2008

El dulce perfume.



El titulo puede parecer un poco extraño, pero la verdad es esa.

Cuando alguien entabla un noviazgo, siempre le parece vivir envuelto en un dulce perfume, en una flor eterna que nunca se apagara ni perderá el aroma.

Pero somos conscientes que muchas veces los noviazgos son pantallas que ocultan verdaderos rostros y al contraer matrimonio después surgen los inconvenientes que en muchos casos terminan con secuelas duras en la vida.

Por eso, las etapas del noviazgo hay que vivirlas bien, no quemarlas como sucede hoy en día en donde los medios de comunicación influyen negativamente, dando la mentalidad de lo fácil y lo “ya”, terminan por afear el perfume que es un noviazgo bien llevado, los jóvenes y no tan jóvenes que están en etapas de noviazgos, tiene que tener consciencia para que están en una relación, o cuales son los motivos que le llama la necesidad de estar con esa persona, porqué así comienza una etapa de conocimiento mutuo en donde se van preparando para lograra una coexistencia mejor, el conocerse uno al otro, el comprenderse, el compartir, el vivir cosas juntos, todo eso es de utilidad para el conocimiento, para labrar la tierra del amor que los involucra como semillas que darán sus frutos en el futuro.

Pero, cuando a esos tiempos se queman las etapas del conocimiento, no siempre es bueno, casi nunca, porque se acelera de tal forma que la relación comienza a no dar frutos, a quemarse antes de tiempo y a trastornar los deseos y las ilusiones que en un momento soñaron.

Lo importante sobre todo es tener un noviazgo maduro, sin ocultamientos ni dobleces, ser sinceros en extremo, por más doloroso que en algunos momentos sea la verdad que se le diga al otro, siempre es mejor que cualquier mentira “piadosa” como siempre se dice, pues la verdad yo no conozco ninguna mentira que sea piadosa, al contrario la mentira ofende y daña, la mentira es contraria a Dios, por lo tanto no puede ser algo piadoso.

Pero algo que hay que tener en claro, si somos cristianos, que el noviazgo no puede ser de dos, si no de tres, aunque parezca raro, si es de tres, porque el hombre y la mujere que comienzan una relación no están solos, si no esta Dios con ellos, por lo tanto una noviazgo que se aprecie de Cristiano, tiene que estar Dios presente , no ausente, porque con la presencia de Él , es una interrelación respetable y del amado con la amada, y con el creador del amor, pero cuando se esta asunte la presencia de Dios, se esta ausente también la falta de parámetros para construir el noviazgo, sobre todo construirlo sobre la roca del amor, que es nada más ni nada menos que Cristo que nos amó hasta entregarse.

Por lo tanto los enamorados deben tener consciencia que serán constructores de familias, en una sociedad donde la familia es fragmentada a cada instante, donde los modelos que se presentan de familia no son los más acertados según la voluntad de Dios, hoy vemos diferentes conceptos de familia, que son lejos de los modelos bíblicos, de lo que debe ser y también vemos noviazgos muy alejados según las Escrituras.
Por eso es necesario que hoy la relación entre un hombre y una mujer, tal cual lo manifiesta la Biblia, tiene que estar basada en una triple correspondencia, hombre, mujer y Dios, así podrá brotar en esa relación el suave perfume del noviazgo, que es como una rosa en su plenitud, esa flor que despide perfume que embriaga dulcemente nuestra existencia; la cual se hace más llevadera, un yo y tu, que pasa a ser un nosotros. Eso es la relación, sin perder claro está, nuestras propias características, ni nuestras metas personales, pero siempre con una mirada al otro y en un diálogo sincero, pues no perdamos entonces el aroma que nos endulza la vida, no perdamos de vista a Dios en nuestras relaciones, y entonces si brotará el dulce perfume.

Rev. José Luis Podestá

lunes, 1 de diciembre de 2008

Preparar el camino - Comentario a (1 Ts. 5: 23-28). .


Con la celebración del culto del domingo en donde abrimos el comienzo de la celebración del tiempo de Adviento proclamamos el Evangelio, también leímos las Epístolas y cantamos los Salmos, así hemos ensalzado nuestro corazón hacia Dios, colocándonos en la actitud espiritual que caracteriza este tiempo; la iglesia usa para mejorar nuestras actitudes y rever nuestras acciones de vida cotidiana en pos de la Navidad, con una actitud de permanente “vigilancia en la oración” y “gozo en la adoración”, con estas acciones debemos aprender a vivir oyendo piadosamente la palabra de Dios, en especial hoy meditemos sobre esta breve lectura bíblica de 1 de tesalonicenses ;Se trata de los versículos que se hallan al final de la primera carta del apóstol Pablo a los Tesalonicenses (1 Ts. 5: 23-28). El primer versículo enuncia la pretensión del Apóstol para la comunidad de creyentes de Tesalónica; el segundo brinda una expresión de garantía de su cumplimiento. El deseo del Apóstol de los gentiles es que cada uno sea santificado por Dios y se conserve irreprochable en toda su persona , “espíritu, alma y cuerpo”, hasta la venida final del Señor Jesús , manifestando una fuerte garantía de que esto va a acontecer porque no la ofrece hombre alguno si no que la ofrece la fidelidad soberana de Dios mismo, que consumará la obra redentora en los electos que son fieles, la comunidad de creyentes que se reúne en torno a Él para escuchar su palabra y vivir fielmente los sacramentos.
Esta carta a los Tesalonicenses es la primera de todas las cartas de Pablo, en ella, aún más que en las restantes de su autoría, se siente el corazón ardoroso del Apóstol, su amor como mensajero del Dios altísimo hacia su nueva comunidad que frágilmente va creciendo y con las problemáticas y dudas de todo nuevo nacimiento, en ella expresa su gran preocupación de que no se contamine la fe de esta Iglesia naciente, que está envuelta en un contexto cultural contradictorio a la fe en muchos aspectos. Así, el Apóstol sella su carta con un deseo, expresado en la oración conclusiva de que sean santos e irreprensibles en el instante de la venida del Señor. La palabra central de esta oración es venida, esto significa parusía, y en el latín adventus, que es adviento, venida. Para entender el significado de este termino y por ende la oración final en esta carta de Pablo para esta comunidad y por todas las comunidades de todos los tiempos posteriores, también por nosotros hoy, esta vuelta del Señor es única pero sin embargo, no sólo existe la venida final para el juicio, en el final de los tiempos. En cierto modo, el Señor desea venir siempre a través de nuestra constante memoria y fidelidad, y Él llama a la puerta de nuestro corazón siempre y estás dispuesto a estar cono nosotros hasta que vuelva en el final.

Esto es lo que queremos aprender a estar atento y en escucha de su Palabra en este tiempo preparatorio de la Natividad, que es una forma de “limpiar” nuestros corazones, así recibir la conmemoración del nacimiento de nuestro Salvador en carne humana, y gozarnos en esa fecha del gran don de Dios de entregarnos a su Hijo único, para nuestra redención.

Así pues preparemos el camino que nos lleva a la gruta de Belén, que hoy es nuestro corazón, así recibir con alegría y gran gozo la venida espiritual del Señor, y decir con gozo “un niño nos ha nacido”.

Rev. José Luis Podestá

La depresión enfermedad del siglo XXI


La depresión es un estado cuyas particularidades son el decaimiento, la anomalía de una profunda tristeza que conlleva a una infelicidad constante de todo lo que poseemos o hacemos, nada nos llena, nada nos conforma, esto a su vez provoca las inhibición de funciones psíquicas y alterando muchas veces lo físico, provocando enfermedades que son de curiosa propagación que en algunos casos pueden cuasar complicaciones severas. El origen del término proviene del latín depressus, que significa abatido, vencido, lo que engloba en sus rasgos el estado propio en que se encuentra una persona con síntomas depresivos, esa sensación de derrota ante circunstancias adversas, sea por algún fracaso en la vida o la desaparición física de un ser querido, o algunas características o situaciones que le afectaron en años pasados y por represión u ocultamiento provocan el estallido de lo reprimido provocando la depresión.
Hoy en día con la inmensidad de presiones que sufrimos todos los días en una sociedad que se desgrana al paso de la años, es indefectible que se reconozca como una enfermedad pandémica, gracias a Dios es tratable y si sumamos al tratamiento convencional y sobre todo un tratamiento pastoral adecuado a la persona que sufre la enfermedad, con un buen gabinete de consejeros o un pastor preparado a tal efecto, es recuperable generalmente en tiempos cortos, no es fácil, cada persona es distinta y sus tiempos también, pero con la ayuda adecuada es reversible en buen termino.
No olvidemos que esta situación emocional es una enfermedad que afecta a un gran número de personas debido a la atareada y extenuante vida que hoy en día llevamos, la depresión, es la enfermedad número uno en este siglo veintiuno, sabemos nosotros que una de las causa es la falta de Dios, el no estar en su gracia y conocimiento, eso provoca que el ser humano se afane por lograr cosas que en muchos momentos son inalcanzable y a razón de eso se cae en angustia en un mundo depredador y de alto consumismo sin sentido, luego las que son provocadas por la muerte de los seres queridos, allí la falta de confianza en Dios, y en su promesa, provoca también el vacío que corroe nuestro corazón con incertidumbre, por eso es necesario que el consejero pastoral realice a la par de un acompañamiento espiritual adecuado, una catequesis de profundización en la fe Cristiana para que el individuo que solicita nuestra ayuda, comience a obtener intimidad con el Creador y depositar solo la fe y la seguridad en Dios y no en ser alguno.
Es sabido que dentro del ámbito de los trastornos psicológicos que este mundo descarrilado provoca, son escasas las personas que no alcanzan a sentir en algún momento determinado de su vida algún tipo de depresión o trastorno similar, es que la depresión, puede abordar en diferentes grados, puede atacarnos de manera intrascendente o grave, incluso, la depresión puede ser temporal o permanente según el problema o los problemas de fondo.
Por lo usual, los individuos que padecen depresión, señalan como síntomas comunes que se sienten afligidos, infelices, decaídos, fatigados, sin fuerza ni animo para hacer cosas, como para realizar cualquier tipo de trabajo o actividad. Algo que es agravante es cuando se pierde del deseo de salir de su hogar, incluso numerosas personas que soportan esta enfermedad buscan el estar continuamente acostados o durmiendo, cosa que en la mayoría de los casos el sueño no es complaciente con ellos, todo lo contrario el stress típico de la enfermedad les estorba el descansar correctamente; encerrándose en su mundo mágico para vivir una realidad acotada, que no les cuestione su situación, por supuesto que esto termina siendo grave y el progresivo aumento de los trastornos que influirán duramente en la vida.
Existen muchos tipos de depresión y cada una tiene sus complejidades, desde la depresión post parto, hasta las perdidas de un familiar, la ruptura de una matrimonio o noviazgo, las depresiones laborales por falta del trabajo o exceso del mismo, por circunstancia culturales en donde la persona no se allá en el lugar en que vive , etc. son miles y hay tantas circunstancias que provocan depresión como tantas personas existen en el mundo, en especial siempre se dan en personas que no ponen la confianza en Dios, ya que siempre por nuestra cuenta queremos lograr cosas, sin confrontarlo realmente con el Creador, si es conveniente o no, y lo mismo es con la confianza de saber si es lo que Dios desea es lo mismo que yo quiero, por eso el pastor consejero en estos temas debe ser cauto, lograr que el individuo logre primeramente recomponer ese dialogo entre el “vos y yo” entre criatura y Creador, eso se ira realizando mientras se le va dando los elementos para que se recupere del trastorno que padece, y si fuera necesario también pedir la colaboración de un profesional en determinados campos de la medicina, porque hay depresiones que provocan graves situaciones físicas y es necesario un doble acompañamiento.
Roguemos a Dios para que siempre logremos los cristianos reformados en ser luz y sal de la vida y ser buenos acompañante de la persona que nos necesitan, en este mundo que es un gran dragón que esparce fuego quemando a los mas débiles, y sobre todo a las personas que no conocen la maravilla de Dios.
Rev. José Luis Podestá

Elaborar el duelo a los pies de Cristo.



Parece un poco extraño cuando decimos elaborar el duelo a los pies de Cristo, si bien no tendría que ser así para los cristianos reformados, ya que toda nuestra confianza está puesta en Dios y en su soberanía, que nada sucede en el mundo sin que Él lo determine.
Y no menos extraño es cuando hablamos de la muerte de un ser querido, donde un sin número de preguntas y generalmente todas sin respuestas aparente surcan nuestra mente, eso si la angustia nos invade a cada paso, y la desesperación ataca sin consuelo cuando no encontramos las respuestas adecuadas, siempre terminamos en lo mismo, el clásico “¿porque a mi…?” y alguno con poco tacto tal ves diría y ¿porque no a vos? , de cierto es que de uno u otro lado de las preguntas y situaciones, a todos nos toca de cerca la muerte, sea en forma de un familiar o seres queridos, o en el ministerio pastoral, pero lo importante es elaborar los duelos, incluso el ministro que ve tanto sufrimiento tiene que tener un proceso de elaboración de duelos constantes, si bien es obvio que no es el mismo crudo dolor que le sucede a un familiar directo, no es menos importante, por lo tanto lo principal que debe hacer un ministro es acompañar a elaborar el duelo a los que sufrieron la perdida y a su vez aprender a realizar el duelo, entre el tu y el yo, entre el duelo ministerial y el duelo de la persona que sufrió la perdida.
Pero las cosas sinceramente no se pueden apurara en ningún orden de la vida, y menos en la elaboración del duelo, porque si aceleramos los tiempos podemos cometer graves errores que producirán secuelas en las personas, por eso todo tiene sus tiempos y momentos justos para tratarlos
Si se quiere salir rápidamente del sufrimiento debemos respetar cada instante, cada paso, si bien sabemos que no siempre es posible. Pero con el pesar por la perdida hay que ser equilibrados en los períodos, pero no pasivos, hay que conocer nuestros tiempos de recuperación sin miedo a sentirnos débiles y si es que necesitamos más que otros, cada persona es única e irrepetible, y cada proceso es único y son "nuestros tiempos" de elaboración, nunca apurarlos, tampoco sostenerlos más de la cuenta que provoquen que caigamos en una profunda depresión que en algunos casos serian irrecuperables o de difícil nivelación pisco-emocional .
El acompañamiento en todo el proceso de duelo es una disciplina y una práctica que envuelven al profesional que acompaña ese proceso o en el familiar o allegado una coherencia absoluta, como así también una capacidad de apertura del doliente por la perdida del un ser querido, porque la persona tiene que actuar con madurez afectiva y efectiva y sobre todo una gran capacidad de escucha a la persona que quiere ayudarle, desplegar una apertura en la relación entre el que ayuda a la recuperación y la persona que se somete a ser ayudada , es una habilidad en la relación entre el tu y el yo en lo profundo de nuestro ser, pero sobre todo, esa recuperación se tiene que dar a los pies de Cristo, es necesario que comprendamos la muerte redentora del Señor para así nosotros poder comprender la muerte física de nuestro ser querido, sabiendo que lo perdimos físicamente solo por unos momentos en nuestra vida, pero que pronto lo volveremos a ver tal cual fue a los pies de Cristo, quien es el “sanador por naturaleza de nuestros males” .
La recuperación de una perdida se realizara paulatinamente, nunca en forma alborotada y menos con escapismos inútiles para no sufrir, recordemos que muchas veces el sufrimiento es redentor, en el caso del duelo es una forma de sanción de nuestra herida por la perdida, es bueno poder desahogarse y a partir del gran bálsamo de haberse sincerado de nuestro dolor interno con el que realiza el proceso de acompañamiento, es imprescindible que comencemos a caminar en la reparación de las aflicciones, hablar siempre, sin miedo ni tapujos, ser sinceros sin dobleces , estar abierto y no ocultar nunca nada, ni los miedos ni los fracasos en el proceso de duelo.
Pero es fundamental que se realice todo bajo la presencia de Cristo, Todo con Dios, nada sin Dios, si no será un proceso vacío, algo temporal y casi dolorosamente rutinario y perdiendo el verdadero valor de la vida que es el estar y participar en la mesa del Creador del universo. Una elaboración con los ojos puestos en Cristo, es una elaboración segura, firme sobre la roca.
Porque tener siempre en cuenta que si el grano de trigo no muere y desaparece, no puede dar frutos, cuando un ser querido muere, esta dando frutos en el Reino de los Cielos, por eso es muy importante la fe verdadera, y la lectura asidua de la Palabra de Dios para el proceso de rehabilitación de nuestros sentimientos heridos por la perdida, por el abandono no deseado de el ser amado, pero recordemos que siempre Cristo esta con nosotros hasta el fin del mundo y también en la vida futura en su Reino.
No se queden solos nunca, llamen a las personas necesarias e idóneas para acompañase en la reconstrucción de lo emocional, en la forja del duelo, pero sobre todo no se olviden de lo más importante, Cristo el Señor de la vida, porque Cristo es Señor de los vivientes, no de los muertos, el fin de nuestra vida en la tierra no es la extinción de la existencia nuestra, sino la continuación de un largo vivir.
Que Dios alumbre a las personas que apoyan a los que están en la angustia de la perdida y a las personas sufrientes de la muerte de un ser querido para que logren conformarse según los designios de Dios.
Rev. José Luis Podestá

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Velad y orad, tiempo de adviento una oportunidad para recomenzar el camino a la oración.





“Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo. Como el hombre que yéndose lejos, dejó su casa, y dio a sus siervos su hacienda, y a cada uno su cargo, y al portero mandó que velase. Velad pues, porque no sabéis cuándo el Señor de la casa vendrá; si a la tarde, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando viniere de repente, no os halle durmiendo. Y las cosas que a vosotros digo, a todos les digo: Velad.” (Mar. 13: 33-37)


Jesús con estas palabra advierte a los discípulos y a todos los oyentes de que permanezcan en vela, que estén en permanente oración para esperar su venida.
Pero ese mensaje no solo queda en el tiempo si no que es un mensaje totalmente actual y Jesús nos habla hoy y nos pide exactamente lo mismo que velemos, que estemos atento y oremos, lamentablemente en un mundo donde la capacidad de atención y de postrarse en oración se a perdido es imperioso que los cristianos hoy nos aboquemos a la oración, con eso no quiero decir que nos apartemos de nuestras actividades cotidiana todo lo contrario , hacerla mejor que nunca, y sobre todo aprovechar nuestro tiempo y dedicar a la oración y al culto a Dios siempre, no solo los domingo en nuestros templos si no en nuestro hogar, en nuestro trabajo, dedicarnos a alabar a Dios a través de honrar a nuestro hermanos.
Estar atentos a la venida del Señor, que no nos encuentre con las manos vacías y limpias por no hacer nada; vivimos en circunstancias donde la comunidad eclesial debe ocuparse de muchas cosas para palear las necesidades del prójimo, hoy no se puede esperar la venida de Cristo como si no sucediera nada a nuestro alrededor y egoístamente pensar en nosotros mismos, hoy Dios nos pide que seamos testimonios encarnados de la fe, ser reformadores de sociedades, comenzando por reformarnos a nosotros mismos y así a nuestro entorno.
Ese Cristo que subió a los cielos regresara para el juicio final, que no nos encuentre dormitando en el sueño de una vida asegurada y de una iglesia apoltronada con el paso de los años que sus miembros estén vegetando, sin tener la llama encendida de la misión, de ir al otro que espera, y que nos quedamos con los brazos cruzados y el prójimo sigue sin escuchar el mensaje salvador del Cristo, verbo encarnado para nuestra redención.

Este domingo comenzamos el adviento, es una oportunidad para reorganizar nuestra vida como personas y como iglesia institucional, avocarnos a la oración, a la reflexión en la espera de la conmemoración de la navidad, pero también que esa oración sea motor para generar el impulso misionero como iglesia, una comunidad que no haga oídos sordos a las necesidades los hermanos , tanto de nuestras iglesias como de la sociedad toda, una iglesia que no evangeliza esta muerta , una comunidad que no se preocupa y ocupa de las necesidades de prójimo es una comunidad que no entendió el Evangelio de Cristo, un evangelio radicar, que no admite a tibios o acomodaticios del momentos, o a personas o ministros que solo buscan tranquilizar su consciencia en sentirse salvados por el gratuito don de Dios y desprecia a los demás, cuidado! No ser un sepulcro blanqueado como el mismo Señor lo expreso, sepamos estar alertas, asiduos en la oración, prestos a la acción, para que este tiempo de preparación de la navidad que es el adviento, sea un tiempo precioso para ocuparnos como iglesia a llevar la Palabra de Dios.
Oremos sin parar, actuemos orando para el bien de la comunidad.

Rev. José Luis Podestá

lunes, 27 de octubre de 2008

Renovar la llama de la reforma.


El 31 de octubre, se conmemora el día de la reforma.
Es una fecha que despierta gran diversidad de sentimientos, algunos a favor otros en contra, pero lo importante para nosotros es no dejar que pase sin pena ni gloria en nuestras comunidades reformadas.
Porque olvidar el pasado es lapidar el presente y destruir el futuro de la iglesia heredera de la reforma.
Es interesante que podamos recuperar hoy los sentimientos, salvando particularidades, que avivaron las ganas de un retorno al Evangelio, a deshacerse de poderes que influyeron negativamente en el desarrollo de una iglesia fiel a la Palabra de Dios.
No somos ajenos a las circunstancias de crisis sociales que hoy abundan en nuestros países, tanto desarrollados como menos industrializados, pero en todos los lugares se ve la miseria del hombre, algunas desdichas materiales, políticas, pero la más importante es la miseria espiritual que invade al mundo en el siglo XXI.
El hombre se fue destruyendo a medida que pasa el siglo, el consumismo sin sentido va haciendo mella en todo el ser y en el entorno del ser humano, nunca es suficiente para calmar la sed, el apetito de un consumo vano que el mundo de hoy les ofrece, nunca es satisfecho con lo que posee por más que sea el hombre más rico del mundo, siempre algo más quiere.
Eso es consecuencia de nuestra naturaleza pecadora y que jamás nos contentamos con lo que Dios nos da, pues en el ámbito de la iglesia sucede lo mismo, nunca nos contentamos con lo que dice la infalible Palabra de Dios y terminamos poniendo en el tapete de la historia los pensamientos de los hombres, y distorsionando a nuestro antojo la verdad revelada.
Pues, eso fue un puntal de la reforma, el recuperar la verdad absoluta de Dios dada en la Biblia, del Génesis hasta el Apocalipsis, ante una iglesia que no se contentó con la revelación de las Escrituras si no que fue agregando doctrinas, tras doctrinas, al paso de los siglos para conformar los apetitos de los clérigos y de los laicos influyentes, para así adaptar una religión a su medida, e incluso viciada de nulidad espiritual.
Martín Lutero, si bien no fue el primero, ni el ultimo que encabezó esfuerzos reformistas dentro de la Iglesia Católica, si fue el que dio un cimbronazo más fuerte que sus antecesores, para iniciar un cambio que provocara el retorno al Evangelio, lograr que la Biblia llegara al hombre común, y pueda ser leída sin miedo ni condenas por parte de la iglesia oficial.
Claro que no todo el mundo que concurría a la iglesia sabia leer, pero fue una base para las generaciones futuras, la reforma permitió el ir paulatinamente desprendiéndose del poder del estado o de la iglesia estado, en donde la vida o la muerte dependía de un puñado de hombres, y lo que afectaba a la iglesia generalmente era castigado con el poder civil, mezclando asuntos temporales o terrenales con los celestiales, muchas veces el abuso se encendió en todos los rincones, dio pie a la inquisición que produjo gran cantidad de victimas inocentes, muchas de ellas, por defender que la Palabra de Dios escrita llegara a las manos de los hombres, esos mártires de la fe, no debemos olvidarlos, en este 31 de Octubre, porque gracias a la sangre y el sacrificio de ellos hoy podemos gozar de la libertad de conciencia religiosa, de la traducción de la Biblia a Nuestra lengua, y sobre todo de iglesias fieles al Evangelio.
Recordar esta reforma, es recordar nuestro compromiso en seguir extendiendo la Palabra de Dios, su verdad, para todos los hombres.
Hoy más que nunca debemos mover los cimientos de estas sociedades que se apartan de la verdad de Dios, y provoca genocidios encubiertos bajo apariencia de “lo legal” como el aborto, la persecución solapada por motivos religiosos, el sometimiento a la marginación de personas que no comparte las ideas religiosas con la iglesia del poder, etc.
Es el momento que la historia nos reclama, el volver a las fuentes, a la Biblia, a la visión que tuvieron los reformadores, tanto como Valdo, Lutero, Calvino, Vermigli, Knox, Bucer, Cipriano de Valera, Casidoro de Reina, Savonarola con sus particularidades, lo mismo Giordano Bruno, Machen, entre tantos miles de hombres y mujeres que dieron su vida por la fe, por recuperar la verdad inalterable del Evangelio de Cristo a los hombres.
Es digno que recordemos esta fecha tan trascendente, pero también nos tiene que mover a ponernos en acción, a establecer misiones, apoyar obras, a sostener pastores y misioneros para que lleven la verdad a los hombres, a construir obras de misericordia, sanitarias, templos, etc. todo para que nuevamente la ilusión que sembraron los reformadores no se apague en el candelero de la Historia, si no que permanezca ardiendo en nuestros corazones, que nuestras vidas se gaste en pro de la verdad, la justicia, en la Palabra de Dios , puntal y cimiento de nuestra raíz.
Que Dios nos de la fuerza de se fieles a la misión que se nos encomendó, ser testigos y heraldos del Evangelio.

Rev. José Luis Podestá

viernes, 19 de septiembre de 2008

El palurdismo religioso en una sociedad fragmentada.


No podemos evitar ver con asombro, la cantidad de movimientos eclesiales que aparecen día a día en nuestro territorio, lamentablemente no con las ganas de llevar la Palabra de Dios a los hombres y responder así a la gran comisión dada por el hombre de Nazareth, Jesucristo Hombre y Dios, si no , con el merito absoluto de saquear el rebaño de Dios, aprovechándose de las necesidades, a costa de milagrerios baratos, que en realidad son caros para la feligresía que osa entrar en sus rediles eclesiales.

Seudos ministros que promete curas milagrosas totalmente alejada de la verdad Bíblica, jugando con la desesperación de muchos, sobre todo los enfermos, que ante padecimientos terminales, buscan desesperadamente el milagro que los saque de tanto sufrimiento, estos palurdos en el ministerio, solo aprovechan a beneficiarse del dinero o bienes de las pobres victimas, que ante tanto dolor no dudan en dar lo que sea para lograr su curación o parar su sufrimiento de la forma que sea, incluso entregando lo esencial para su vida cotidiana, es desagraciado ver como seudos pastores, se aprovechan sin escrúpulos de las personas, teniendo nula consideración de la salud física o mental del prójimo que se les acerca en busca de consuelo.

Es horroroso ver como hay anuncios que promocionan cuadros sangrantes, curas milagrosas, imágenes que lloran y provocan curaciones prodigiosas, etc., rematando esos avisos con una frase identificatoria de la seriedad de esos ministros como “hay servicio de buffet, traer sillas”, parece sarcástico ,pero he podido yo mismo ver esos anuncios en donde prima el desquicio del ministro que juega a ser Dios, anunciándose como sanador y con su amuleto sanante que es un cuadro o una imagen que llora sangre, o también con el clásico slogan pare de sufrir, pero eso si , si entrega cien dólares parará su sufrimiento, si no parece que el remedio a la cura de sus dolores, no lo obtendrá.

Pero no nos debe sorprender, vivimos en un sociedad compleja, fragmentada , y eso se refleja en el concierto desafinado de denominaciones religiosas que carecen de seriedad, y que no tienen nada de cristiano, esto lamentablemente deja en situación incomoda a las iglesias que intentan con muchísimo esfuerzo predicar la Palabra de Dios, que con casi nulo o muy pocos recursos se sacrifican en todos los rincones de la Patria, a ellos va mi más fiel reconocimiento y apoyo en la oración, que son victimas de esa chusma palurda de predicadores electrónicos o salteadores del rebaño; que desaparecen tan rápido como llegan a los lugares, dejan el tendal y el desprestigio.

A raíz de esto, las iglesias fieles deben salir a reparar los daños provocados por estos vándalos de la fe.

Por eso es necesario recuperar el Cristianismo Bíblico, que septiembre no sea solo el mes al año en donde se conmemore a la Biblia como Palabra verdadera de Dios, si no que cada día sea el Día de la Biblia, solo con ella y ser fieles a su contenido, es como lograremos evangelizar a las personas, mostrándoles la verdad y no con milagros dignos del cine, y muy lejos de la verdad revelada.

Ruego a Dios que las iglesias vuelvan a recuperar el sentido bíblico y ofrecer al pueblo el agua que quita la sed y que sana de verdad, Jesucristo Nuestros Señor.

Rev. José Luis Podestá

lunes, 1 de septiembre de 2008

En el Nuevo Testamento se confiesa la autoridad de las Sagradas Escrituras hebreas.


Los escritos del Nuevo Testamento no se presentaron nunca como algo novedoso, si no como un complemento de la única revelación dada en dos instancias o momentos, de la historia del develamiento Divino. Nuestras verdades que son sólidamente arraigadas a lo largo de la experiencia religiosa del pueblo de Israel, prácticas acopiadas bajo diferentes formas en los escritos sagrados que constituyen las Escrituras Hebreas. El Nuevo Testamento le confiesa una autoridad divina, este reconocimiento de autoridad se expresa de muchas maneras, más o menos explícitas a lo largo de todo el periodo neo testamental en el cual da soporte a la verdad de la revelación contenida a lo largo y ancho del vetero testamento.
El reconocimiento de la autoridad del Antiguo Testamento por parte de los escritores neo testamentarios, empieza por lo menos de forma explícita, se observa en primer lugar la utilización del mismo lenguaje expresivo a pesar de las dos diferentes gramáticas, hebreas y griegas, no sólo por los giros gramaticales influenciados por el hebreo hacia el griego del Nuevo Testamento, sino además, por el vocabulario religioso utilizado para manifestar las pautas reveladoras.
Esta afinidad del lenguaje se desarrolla naturalmente en numerosas terminologías que el Nuevo Testamento toma prestadas de las del Antiguo Testamento e inclusive de diferentes escritos tradicionales hebreos como los demás escritos religiosos dando razón al fenómeno habitual de las reminiscencias y citas tácitas, es decir, locuciones íntegras incorporadas por el Nuevo Testamento. Las evocaciones se narran por centenares, pero su individualización se presta frecuentemente a discusión. Por ejemplo de dicho fenómeno, veamos que el Apocalipsis no incluye ninguna cita evidente de la “Biblia judía”, pero es un indiscutible lienzo de reminiscencias y menciones concretas que nos llevan indefectiblemente a las narraciones del Antiguo Testamento, en muchos casos asociado evidentemente con el libro de Daniel, el Génesis, entre otros tantos, el texto del Apocalipsis está tan empapado de Antiguo Testamento que resulta delicado distinguir lo que es alusión de lo que no lo es, demandando del exegeta bíblico, un conocimiento y trabajo enorme, que muy pocos pueden realizar con probada capacidad.
Lo que referimos del Apocalipsis se cumple también en categorías mínimas, pero con toda convicción, en los Evangelios, los Hechos y las Cartas, la divergencia está en que en estos escritos se hallan numerosas citaciones explícitas, es decir exhibidas como tales, indican claramente sus subordinaciones más substanciales y a su vez revelan el reconocimiento de la autoridad del Antiguo Testamento como revelación Divina. Observamos también algunas menciones ya en forma explícita sobre la autoridad de las Escrituras judías, este reconocimiento se toma de disímiles maneras según los casos, muchas veces lo observamos en un contexto de revelación plena, otras veces el sujeto es expresado de forma personal, de quien se señala que era inspirado, como los autores Bíblicos en el Antiguo Testamento o citando explícitamente los oráculos proféticos.
Mateo mantiene por ejemplo una fórmula compleja, que muestra al mismo tiempo el autor divino y el vocero humano " Todo esto sucedió para que se cumpliese el oráculo del Señor por medio del profeta” (MT. 1:22). Otras veces, la referencia del Señor sigue estando de forma implícita, apuntada sencillamente por la elección de la preposición, esto es, para así referirse solamente al mensajero humano.
En el texto del Evangelio de Mateo, el empleo del verbo “decir” sirve para presentar las citas del Antiguo Testamento, como palabra viva y actual, cuya autoridad es siempre existente. Con esto Mateo no denigra en ningún momento, como tampoco lo hicieron los demás escritores neo testamentarios, la verdad y autenticidad de los escritos del Antiguo Testamento, dando así la razón de su canon cerrado y sin agregados posteriores, como sucedió con la incorporación posteriormente con los deuterocanonicos o bien llamados apócrifos.

La fiabilidad y veracidad de las antiguas escrituras están aseveradas por el mismo Cristo cuando las cita permanentemente y por los mismos escritores del nuevo Testamento, utilizando diferentes palabras o frases como " Pues dice”, “así está escrito" “porque está escrito", " según está escrito ", estas expresiones muy fuertes para la ratificación de la verdad de lo citado en la Biblia Hebrea, son muy usuales en el Neo Testamento. Sólo en la carta a los Romanos, Pablo menciona unas diecisiete veces en esa carta, para manifestar la verdad de la revelación dada en el antiguo y la revelación plena otorgada a través del pueblo hebreo a los cristianos, dando las firmes bases de la verdad y autenticidad de la revelación dada en Cristo Jesús. Es así que en sus razonamientos doctrinales, el apóstol de los gentiles, se afirma constantemente en las Escrituras del pueblo de sus orígenes. Pablo instaura una neta distinción entre la pruebas escriturísticas y los juicios del hombre que son argumentos escritursitcos, que atribuyen valor irrefutable, para él, y las escrituras hebraicas tiene a la par un valor perpetuamente actual para conducir la vida moral de los cristianos.
La necesidad del cumplimiento de las Escrituras Sagradas, Antiguo Testamento, se ve también a través del enunciado tremendamente tajante de Jesucristo que dirige a sus discípulos una vez resucitado con las palabras que expresa el Evangelio de Lucas " Estas son las palabras que os dije cuando todavía estaba con vosotros: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, los Profetas y los Salmos acerca de mí " (LC. 2,44). Esta afirmación revela el cimiento de la necesidad del misterio pascual de Jesús, necesidad expuesta en cuantiosos pasajes de los cuatro Evangelios, " es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho y a los tres días resucite " o en " ¿Cómo entonces se cumplirían las Escrituras, que dicen que es necesario que eso ocurra?” (Mt. 26:54); también lo vemos en (LC.22:37)" Es necesario que esta palabra de la Escritura se cumpla en mí”.
En el misterio de Cristo todo es acorde a las Escrituras del pueblo judío, la predicación cristiana primitiva se sintetizaba en el anuncio kerigmático recogido por el mismo Pablo, " Os transmití en primer lugar lo que yo mismo había recibido: que Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, según las Escrituras y se apareció " (1 Cor. 15:3- 5).
Pablo amplía “así pues, tanto ellos como yo esto es lo que predicamos; esto es lo que habéis creído “(1 Cor. 15:11), la fe cristiana no se fundamenta sólo en sucesos, sino en el beneplácito que da a esos acontecimientos de la revelación contenida en las Escrituras del pueblo judío. Y Todo esto solo sirve para afirmar la gran revelación otorgada a los hebreos en su historia, que no supo en muchos casos entenderla por su dureza de corazón, por eso es bueno ver en Hecho 13:27, cuando Lucas expresa lo siguiente “Los habitantes de Jerusalén y sus jefes no le reconocieron y, al condenarlo, cumplieron las Escrituras de los Profetas que se leen cada sábado”, a través de esta visión, por esta afirmación, el Nuevo Testamento se señala como un vinculo indisoluble a las Escrituras del pueblo Hebreo.
En el Evangelio según Mateo, Jesús pregona una perfecta continuación entre la Torá y la fe cristiana, “No creáis que he venido a abrogar la Ley o los Profetas; no he venido a abrogarla, sino a cumplirla” (Mt 5,17). Esta enunciación teológica es propia de Mateo, está en tensión con la relativización de la obediencia del sábado y de la integridad ritual que hallamos en otras palabras del Señor Jesús.
También vemos en el cuarto Evangelio una expresión en perspectiva análoga, aquí Jesús imputa a los escritos de Moisés una autoridad previa a sus propias palabras, cuando dice a sus contendientes, “Si no creéis en sus escritos, ¿cómo creeréis en mis palabras?” (Jn. 5:47). Jesús afirma que sus palabras “son espíritu y son vida” (Jn. 6:63), esta expresión da a la Torá una importancia fundamental.
También vemos en los Hechos de los Apóstoles los discursos kerigmáticos de los regentes de la Iglesia primitiva, Pedro, Felipe, Santiago, Pablo y Bernabé, ubican los sucesos de la Pasión, la Resurrección, de Pentecostés y del comienzo misionero de la Iglesia naciente en perfecta prolongación con las Escrituras del pueblo Judío.

También en las epístolas Paulinas, Gálatas y Romanos, arguye a partir de la Ley para señalar que la fe en Cristo ha puesto fin al régimen de la Ley, aclara que la Ley como revelación ha comunicado su propio fin como institución necesaria para la salvación, el apóstol de los gentiles alega, que la revelación de la justicia de Dios es la justificación ofrecida por la fe en Cristo, se ha realizado independiente de la Ley pero no obstante, acorde al testimonio de la Ley y los Profetas, de modo similar la Carta a los Hebreos evidencia cómo el misterio de Cristo consuma las profecías dadas en las Escrituras Sagradas del pueblo judío, pero admite al mismo tiempo un aspecto de no conformidad a los establecimientos legales antiguos, según los oráculos, ya que la condición de Cristo glorificado es, no conforme al sacerdocio levítico descrito en pasajes del Antiguo Testamento, si no de un sacerdocio especial y único.
Por lo tanto, la afirmación constante, sigue siendo la misma, que los escritos y sus autores, del Nuevo Testamento, dan la razón de que las Escrituras del pueblo Hebreo, poseen un valor inquebrantable y perenne de revelación divina, es así que sitúa en una correspondencia efectiva respecto a ellas, al entenderlas y aceptarlas como la plataforma sobre la cual se apoyan los escritos neo testamentarios y en consecuencia la Iglesia apostólica y su continuidad, ha sostenido continuamente que las Escrituras del pueblo judío son parte constituyente de la Biblia cristiana.

Rev. Jose Luis Podesta

viernes, 22 de agosto de 2008

Lumbrera de Ginebra para le mundo de hoy.



Lumbrera de la reforma y de la Iglesia toda, con gran influencia en todo mundo, así es elogiado con mucha razón Juan Calvino, el cual es objeto de especiales celebraciones en el año 2009, en que se cumple el V centenario de su nacimiento.
En el clima del renovado entusiasmo suscitado por este quinto centenario, se han hecho investigaciones, se han publicado trabajos, se organizan festejos y se han tenido reuniones en muchas universidades y centros de estudios superiores como así también en seminarios y diferentes organizaciones que siguen los principios bíblicos de la reforma, en especial del gran teólogo de Ginebra.
Hoy a raíz de la festividad que se acerca, les animamos a continuar a todos los pastores y miembros de las iglesias presbiterianas, reformadas, la noble tarea y al mismo tiempo, exhortamos a todos los fieles y a los ministros a contribuir en sus comunidades con diferentes ideas para llevar en algo el pensamiento del reformador y demostrar el vigor que nuestras iglesias continúan teniendo a través del tiempo, para reconocer en él que es el guía autorizado para una sana interpretación de los principios teológicos expresados en cada página de las Santas Escrituras; en efecto, existen muchos indicios que nos permitieron exponer sin temor a equivocaciones, que de su doctrina hoy interesa e influye también en los hombres de nuestro tiempo en todo el desarrollo de la fe y vida. Poniendo de relieve numerosos elementos de la doctrina del gigante de Ginebra, que tiene mucha categoría en orden a la garantía e investigación de la verdad revelada dada en la Biblia; por este motivo lo recomendamos a nuestros contemporáneos, cosa que ha hecho y sigue haciendo la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa, como maestro en el arte de pensar como guía para conciliar los problemas teológicos y para plantear fielmente el saber en general.
Así, pues, queremos manifestar abiertamente nuestra conformidad con los que sostienen que, aun quinientos años después de su nacimiento, Juan Calvino debe ser celebrado no sólo como excelso pensador y doctor del pasado, sino también por la vigencia de sus principios, de su desarrollo doctrinal fiel a la Biblia; y deseamos exaltar al mismo tiempo las razones de la autoridad que le reconocen muchos teólogos hoy y las instituciones educativas de las Iglesias reformadas, y especialmente muchísimos predecesores nuestros en el pastorado, que no dudaron en otorgarle el más alto honor entre los teólogos de los últimos siglos.
Confesamos que al confirmar y reavivar una personalidad tan brillante como en algunos casos tan polémica, nos mueve sólo el respeto a la autoridad de su pensamiento , de sus logros y virtudes, como así también de aprender de los errores que en su tiempo pudiera haber cometidos, todo hombre es hijo de su época, y el gran teólogo de Ginebra, no estuvo exento de las circunstancias que lo rodearon, por eso juzgarlo con nuestra visión del siglo XXI, seria mas que un latrocinio histórico y sobre todo una falta de respeto a este gran hombre.
También es buena la consideración objetiva de la validez de su doctrina, el fruto que se obtiene estudiando y consultando sus obras, como sabemos por propia experiencia, y la comprobación del poder persuasivo y formativo que ejerce en sus discípulos, sobre todo en los jóvenes, como pudimos observar a través de los años.
Saber que hoy día no todos están de acuerdo con sus principios, pero no se nos oculta que muchas veces el recelo o aversión que se siente hacia Calvino deriva de un contacto superficial y desconocimiento de su doctrina, más aún, del hecho de que no se leen ni se estudian sus obras. Por eso, también nosotros exhortamos a todos los que deseen formarse un criterio maduro acerca de la postura que hay que adoptar en esta materia, es el ir a las Fuentes, o sea a sus obras, y sacar con Biblia en mano las consideraciones que el gran Doctor de la reforma tan acertadamente logró congeniar con su brillante pensamiento sistemático, por lo tanto quisiera exhortarlos a ¡ir a Calvino! Buscar y leer las obras de Calvino, no sólo para encontrar alimento espiritual seguro en aquellos opulentos tesoros de sus escritos, sino también y ante todo, para darnos cuenta personalmente de la inconmensurable hondura, riqueza e importancia de la doctrina que contienen sus obras y sobre todo la fidelidad a la verdad revelada.
Para formarse hoy en día un juicio fiel del valor perdurable del pensamiento de Juan Calvino en la Iglesia y en el mundo de la cultura, no basta conocer de modo directo y completo sus textos, si bien es necesario, pero es preciso también tener en cuenta el contexto histórico y cultural en que vivió y llevó a cabo su obra de maestro, pastor y escritor, para sacarle el “jugo” a todo su pensamiento, expresión doctrinal extremadamente fiel a la Biblia.
No podemos negar que también desde el punto de vista sociopolítico, son conocidas las vicisitudes que transformaron completamente la fisonomía de Europa y la influencia en las demás naciones fuera del viejo continente, la victoria de los estados en busca de su soberanía sobre la antigua dominación del imperio medieval, bajo la égida del catolicismo Romano, encaminado ya al ocaso; el desarrollo económico de las ciudades más industriales y el florecimiento cultural de las grandes universidades, la amplia difusión de los descubrimientos científicos y de las elucubraciones filosóficas típicas del periodo renacentista y finalmente las nuevas relaciones con diferentes naciones con el auge del movimiento protestante, marcaron toda una diferencia en el mapa político e indefectiblemente influyo en el desarrollo de la doctrina reformada, aportando grandes hombres en el campo de la teología, con gran y renovado ímpetu para transformar una iglesia corrompida y decadente como era en su momento la iglesia católica romana.
Así también apreciamos todo el desarrollo del pensamiento Calvinista en todos los estamentos de la economía, la educación, el trabajo, la familia, etc., que provocó un desarrollo constante en donde dichas ideas ingresaron con tan abundantes frutos, a veces alguno mal interpretaron el pensamiento del hombre de Ginebra, y distorsionaron su mensaje esencial, que es sostenido por las Santas Escrituras, en síntesis Calvino no quería expresar ningún pensamiento nuevo, solo su deseo más entrañable fue el recuperar la pureza de la doctrina Bíblica, que el con tanto empeño logró, por eso para evitar errores de muchos que nos llamamos Calvinistas es interesante que nos sumerjamos en el mar de las Escrituras y en las aguas tranquilas del pensamiento del gran Doctor de la reforma, Juan Calvino, para si prepáranos para el gran jubileo que se avecina.
Rev. José Luis Podestá

sábado, 16 de agosto de 2008

Profetas para el siglo XXI




En este siglo XXI, nos encontramos con diferentes conceptos sobre que es el profetismo o las misión del profeta, lamentablemente, también comprobamos las falencias que tienen muchos pastores sobre esa función, algunos pensando que solo es un arte de adivinación o casi de curanderos mágicos sobre las personas, otros mas o menos acertados todavía mantienen la deficiencia del concepto del ministerio profético; hay otros, los menos, que tienen claridad sobre lo que implica ser profeta en el 2.008.

Primeramente se debe tener como única fuente del ministerio profético las Santas Escrituras, Palabra revelada de Dios a los hombres, y no salirse de ella, para imponer o exponer terminologías, o conceptos e ideas propias fuera de las Escrituras, esto no es solo pronosticar acontecimientos, tipo horóscopo, o videntes de poca monta, si no es nada más y nada menos que anunciar y denunciar, esto significa que dentro de nuestro ministerio pastoral debemos comunicar constantemente la Palabra de Dios, expresada de principio a fin en la Biblia, y denunciar en privado y públicamente todo lo que atente contra la misma verdad de las Escrituras, no podemos callar lo que hemos recibido de Dios y no podemos tolerar las aberraciones que se realicen contra la creación del altísimo y su autenticidad, sobre todo contra la vida de los seres humanos mas débiles y los que sufren la exclusión o la persecución de cualquier índole que atente contra su fe, contra su vida, entre ellos podemos mencionar los niños por nacer, frutos de un acoso constante basados en seudos derechos a decidir, de los marginados por diferentes cuestiones políticas o de índole racial o social, etc.
Por lo tanto, el ministerio profético, en su dimensión más profunda, implica que toda vocación pastoral, profética, es un gran misterio, es una gracia que supera enormemente al hombre, cada uno de nosotros lo experimenta públicamente durante toda la vida y en especial durante su ministerio con las personas que se acercan y nos rodean asiduamente, ante la grandeza de este don, apreciamos cuan indignos somos de ello y nos damos cuenta al mismo tiempo de la enormidad de la elección de Dios para cumplir su obra y nosotros indignos siervos suyos, frágiles, limitados, y en muchas ocasiones indoctos, somos por su gracia inefable, llevados a este mar embravecido que es el mundo que nos toca transitar para llevar su palabra y ser sus profetas en el siglo XXI.
La vocación es el misterio de elección divina, no de nosotros, indignos, y pecadores, si no de Él, "No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca" (Jn. 15: 16). "Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo que Aarón'' (H.b 5: 4). "Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses, te tenía consagrado: yo profeta de las naciones te constituí" (Jr. 1: 5). Estas palabras inspiradas sacuden hondamente toda alma del ministro del Evangelio, del predicador de Dios.
Por eso, cuando en las más disímiles circunstancias damos testimonio del mismo Dios Uno y Trino, debemos hacerlo con gran humildad, con orgullo, ya que no somos dignos de ellos, si no que solamente por su gracia, ejercemos el ministerio profético, ser conscientes de que Dios "nos ha llamado con una vocación santa, no por nuestras obras, sino por su propia determinación y por su gracia" (2 Tim 1: 9). Al mismo tiempo, nos damos cuenta de que las voces humanas no son competentes de abarcar la dimensión del misterio que el pastorado en nombre de Jesucristo tiene en sí mismo.
Esta señal, me parece necesaria para que se pueda entender de modo justo lo que es en realidad el camino del “Profeta” en el siglo XXI, y el ministerio pastoral imbuido en el mismo. EL verdadero profetismo es un jugarse día a día por Dios, por la verdad, por la justicia, por llevar el mensaje del Divino Creador a todas partes, a tiempo y a destiempo, sabemos que combatimos día a día con adversarios y las conflictividades de nuestro tiempo, e incluso con nuestras preocupaciones cotidianas, que en muchos casos nos desaniman y nos tiran por tierra muchos proyectos, pero sabemos que no depende de nosotros lo que hagamos o los logros obtenidos, si no solo de Dios, el es soberano, el es nuestros Rey , quien nos dirige constantemente para llevar su Palabra, porque con el somos mas que vencedores en este mundo fragmentado, humillado y casi en una sociedad que se vive el desprecio, la ignominia, la falta de respeto y cordura necesaria para la convivencia, el crimen, la marginación, la exclusión, la persecución, la intolerancia, la humillación de lo sagrado, la destrucción de la vida, el pecado en plano de igualdad con la honestidad por parte de los medios públicos de comunicación, la política y la corrupción en todos los niveles, la seguridad mancillada, etc. Son parte del grito que debe alzar toda la obra pastoral del profeta de Dios que debe en humildad y fortaleza hacerse presente con el mensaje del Altísimo en este mundo frenético rumbo a un choque destructivo consigo mismo.
Por lo tanto, la misión profética no es adivinar o decir el “Señor me dijo” o el “Señor me reveló” etc., como muchos tele evangelistas, de escaso nivel teológico, salen como curanderos o magos al mejor estilo del señor de los anillos, o de patéticas representaciones de los profetas del Antiguo Testamento. Si no, es hacer presente con la voz la verdad de la Palabra revelada de Dios que se da en la Biblia de punta a punta, y denunciar con fuerza y caridad, todo lo que denigre la voluntad Divina, esa es hoy la función del profeta, del pastor, del ministro de Dios, no el agregar nuevas mágicas revelaciones, si no de llevar adelanta la ya dada hace muchos miles de años desde el Génesis al Apocalipsis.
Rev. José Luis Podestá

domingo, 3 de agosto de 2008

ANIVERSARIO DE ORDENACION PRESBITERAL




EL 3 DE AGOSTO DE CUMPLE EL SEGUNDO ANIVERSARIO DE LA ORDENACION PRESBITERAL DE JOSÉ LUIS PODESTÁ.

jueves, 31 de julio de 2008

Espiritualidad conyugal y reflejo en el barrio.


El tema de la espiritualidad conyugal es indicado observarla de variadas perspectivas, algunos parten enfocando la espiritualidad desde el punto de vista de los medios; otros, parten de la espiritualidad como fenómeno global. El enfoque que voy a ofrecer aquí es desde la visión cristiana, especialmente bíblica y como desde esta perspectiva afecta y se desarrolla en el barrio.
Puedo decir que la espiritualidad es "la ciencia, primeramente, de las reacciones de la conciencia religiosa ante el objeto de la fe, lo cual constituye el aspecto intelectual, y, en segundo lugar, la ciencia de los actos humanos que tienen una referencia especial a Dios”
Al emplear esta enunciación en el contexto cristiano bíblico, podemos decir que es "la aplicación del Evangelio a la vida del cristiano”.
Esto quiere decir que el Evangelio con todo lo que lo representa, que es la Palabra de Dios revelada y enviada al hombre para ser norma de vida, ésta Palabra concede al hombre la “sabiduría” de Dios, le muestra el camino para llegar a Él y los medios para lograr la salvación que Jesús nos obtuvo por la redención, esto es la Fe en Cristo, único mediador entre Dios y los hombres. El colofón del mensaje evangélico es concebir que el hombre asimile en su vida el plan Divino y mediante su realización obtener la unión final del individuo con Dios, es decir, los que vulgarmente se llama la santidad. El hombre está marcado por una predestinación, ser hijo de Dios y vivir como tal, en esta tierra.
Por lo tanto la familia, en especial la pareja, debe reflejar y desarrollar una tarea evangelizadora en su entorno, sea mediante actividades visibles al resto de la comunidad o ya sea en forma interna en donde se refleje el amor de Dios en sus vidas.
El punto de partida de este proceso de manifestación pública de nuestra espiritualidad cristiana y concretamente la reformada, es la predicación de la Palabra y el testimonio de vida, la integridad del mensaje evangélico. La propiedad del lenguaje que se emplee para hacerlo es importante y a su vez llegar a las personas en lo hondo de sus vidas a través de nuestro testimonio, además como factor que contribuye a especificar la espiritualidad de cada uno de los miembros de la pareja.
La causa ejemplar que el Evangelio plantea a todo ser humano es Cristo, Señor y Maestro. El Evangelio no se puede reducir a una doctrina, ni a una ideología. El Evangelio reclama una adhesión personal a Cristo, es una fe concreta en el Resucitado, de absoluto testimonio y entrega. La espiritualidad cristiana no es la búsqueda de una perfección al estilo de los estoicos o del monacato medieval. La gracia no es fruto de la acción humana, proviene de Cristo como el agua de la fuente.
Por lo tanto como matrimonio se debe testimoniar la fuente que es el Evangelio y esa agua viva que brota de la misma que es Cristo, causa eficiente de nuestra salvación.

Rev. José Luis Podestá

jueves, 10 de julio de 2008

Lectura bíblica e identidad cristiana, para un cambio personal y social.


Los libros canónicos del Antiguo y del Nuevo Testamento, dirigen a sus lectores más allá de sus páginas, a los sucesos excelsos de la intervención Divina a lo largo de la historia de la humanidad, que narran los eventos reales de un pasado, de una historia sagrada, al mismo tiempo tienen poder hoy de hacer reflexionar a quienes se abren a su mensaje mediante la sana interpretación de sus pasajes.
Por ejemplo, en la carta a los Romanos, es un texto que factiblemente carezca de competidor entre los textos del Nuevo Testamento. Su capacidad para originar nuevas perspectivas, se ha señalado reiteradamente en momentos decisivos de la experiencia de los cristianos, como lo observamos en Agustín, que acudió a ella en el año 390 d.c., para encontrar una respuesta exegéticamente verdadera al inconveniente presentado por el determinismo maniqueo, que señalara la realidad de la voluntad humana, aunque le fuera dificultoso alcanzar el equilibrio entre el libre albedrío y la gracia divina.
También en los inicios del siglo XVI, Martín Lutero, afligido por la penuria de descubrir un fundamento para una fe indudable en la salvación, que no brindaban las creencias y las prácticas del catolicismo medieval, halló en Romanos la fundamental idea de la justificación por la fe .
Lutero estaba encantado por esta carta del apóstol de los gentiles, que consideraba su fuente de reflexión y guía. También lo fue para otros grandes reformadores como le sucedió a Juan Calvino, que supo poner excelentemente por escrito en sus comentario a los Romanos, en donde sagazmente realiza una interpretación magistral de cada punto y significado, que solo el genio de Ginebra puedo realizar con total claridad y actualidad. Cuatro siglos posteriores a estos “padres” de la reforma, Karl Barth, observando globalmente un mundo despedazado por la Primera Guerra Mundial, publicó la primera edición de su exposición a los Romanos en 1.919; en este comentario acometió con la noción del sujeto como creador de cultura y de la historia y a su vez como la religión había proporcionado a la cultura burguesa un soporte ideológico capital, planteando la imagen de un Dios que existe completa y enteramente en sí mismo, previamente de todo conocimiento que se posea sobre él y que vigila al mundo castigándolo. Una segunda edición aparecería en 1.922,en réplica a quienes les expresaban que se oponía a la crítica histórica, Barth reprochaba los infecundos preludios que se pasaban como si fueran una gran exégesis de Pablo y reclamaba la necesidad de una auténtica comprensión e interpretación, que proporcionara la energía creadora que caracterizaba la mejor interpretación de Pablo. Es lógico que al final de su teología Barth cometiera varios errores de interpretación, que en muchos casos socavaron la verdad de las Escrituras.
No obstante, la lejanía cultural –histórica, que se halla entre un texto bíblico y cada generación de lectores, no es cierto, que éstos se vean impedidos para comprender lo que se anunció originalmente en ese texto, ya que todo lector amateur puede comprender por más mínimo que sea el significado del mensaje, algunos con el fin de impedir la llegada de la Biblia al pueblo, elaboró lúgubres argumentos que desechan la capacidad de los ciudadanos simples y llanos, en la lectura de la verdad bíblica. No existe en principio ninguna incompatibilidad entre la situación narrada en esa carta y la que experimentamos con la lectura de los demás textos bíblicos, a la luz de la situación actual que tiene su parecidos y sus divergencias, pero es el mensaje altamente revelador para las circunstancias que nos aquejan hoy.
Por esta razón, leer un texto bíblico de un modo que haga justicia a su trama histórica y que al mismo tiempo nos siga hablando a los lectores hoy que vivimos en otros contextos culturales y que a través de ella encontremos las respuestas a nuestras situaciones de vida, es por un solo motivo, que la Biblia es palabra verdadera de Dios, y que solo por su excelencia a través de los siglos, es posible tanta coherencia. Para interpretar los acontecimientos expuestos en la Biblia, debemos tener todo un ejercicio de información intercultural que solo con una buena predisposición y con ganas como cristianos, logremos para nuestro beneficio y de la sociedad.

Rev. José Luis Podestá

sábado, 21 de junio de 2008

Recuperar el sentido ético en nuestras sociedades, para un cambio cristiano verdadero


Hoy vivimos tiempos en donde el sentido ético se ha perdido, no parece claro el horizonte que nos espera, si no recuperemos el concepto bíblico de sociedad, en donde la cabeza indefectiblemente sea Dios.

No puedo dejar de reproducir un antiguo escrito apócrifo de la época de los primeros cristianos, si bien no es inspirado por Dios, pero su mensaje parece ser cuestionador a nuestras conciencias, es el comienzo de la “Doctrina Apostolorum” que dice lo siguiente:

1.“Dos caminos hay en el mundo, el de la vida y el de la muerte, el de la luz y el de las tinieblas. En ellos han sido establecidos dos ángeles, el de la justicia y el de la iniquidad. Pero grande es la diferencia entre los dos caminos. 2. Así pues, el camino de la vida es éste: en primer lugar, amarás al Dios eterno que te hizo; en segundo, a tu prójimo como a ti mismo. Por otra parte, todo lo que no quieras que sea hecho contigo, tú no lo hagas a otro. 3.La explicación de estas palabras es ésta:
. 2. No adulterarás, no matarás, no darás falso testimonio, no violarás al niño, no fornicarás, no practicarás la magia, no fabricarás perversos brebajes, no matarás al niño mediante aborto ni darás muerte al nacido, no codiciarás nada de tu prójimo. 3. No perjurarás, no hablarás mal, no recordarás las malas acciones. 4. No tendrás doblez al dar consejo, ni serás de doble lengua, pues la lengua es trampa de muerte. 5. Tu palabra no será vana ni engañosa. 6. No serás ambicioso ni avaro ni voraz ni adulador ni pendenciero ni de malas costumbres. No admitirás plan malo contra tu prójimo. 7. No odiarás a ningún hombre, sino que los amarás más que a tu vida. “

Es irrefrenable pensar en nuestra sociedad, la cual es constantemente vituperada por mercaderes de todo tipo, de la muerte, del negocio espurio, de la política barata, de intereses mezquinos y tantos otros factores, que nos hacen un mar social de conflictos permanente.
El pecado asesta constantemente el golpe contra el hombre en todas partes, lo podemos observar en los lideres de gobiernos, de justicia, religiosos en algunos caso, en general en todas las organizaciones humanas, si bien siempre la política y demás organismos y sus personajes, pueden mejorarse a través de la escucha del pueblo y sobre todo de la palabra de Dios. Es también una responsabilidad innegable por parte de cada uno de nosotros hacer un sociedad justa y más equitativa, en donde la igualad de oportunidades sea real y no mera discursiva acomodaticia, en donde la paz y la concordia no sea un proyecto de buenas voluntades si no consecuencia real de una integración social basada en los principios Divinos y no en circunstancias autómatas de relación obligada.
Si bien los procesos legislativos y judiciales en nuestro país son intentos loables de promover la justicia social, no son más que la punta de un iceberg de una sociedad, y hoy con dolor y preocupación vemos como sociedades en todo el mundo son socavadas por miles de intereses espurios, explotando pueblos y hombres para fines limitados y de abundantes ganancias, en muchos casos a costa de arruinar la creación de Dios y la destrucción del hombre, imagen y semejanza del Altísimo.
Es triste ver como la justicia legisla injusticia, como se enarbola derechos de opción y se decreta la matanza en los vientres maternos, como a nombre de la recuperación de posibilidades para todos se saquea la propiedad y el derechos sobre la misma por parte de decretos o políticas extorsivas y saqueadoras en muchos casos, en varios países del orbe.
Hoy es necesario asumir, casi indelegable, nuestra responsabilidad social a la luz de las Santas Escrituras, no podemos mirar hacia el costado cuando la humanidad sufre, es necesario que llevemos el mensaje del Dios soberano a todos, para intentar que por la infinita gracia, nuestras sociedades cambien, basadas en la regla Divina, que solo en las Escrituras se revela; no existe otro medio fuera de la Palabra de Dios que nos convenza a los cristianos como forma de acción, solo ella es nuestra norma de fe y vida, la cual tiene que ser reflejo en nuestras sociedades, para así buscar el equilibrio y justicia que las naciones necesitan a la sombra del Altísimo
Es nuestro deber también evitar ese efecto “constantiniano” donde se asociaba al poder una organización y usarlas como viles lacayos de intereses oscuros, como sucedió con parte de una iglesia que junto al estado conformaban un indisoluble vinculo de coerción, sobre todo arraigado en la edad media, donde se realizaban co-gobiernos a costa de la falsificación del mensaje cristiano verdadero, esa sistematización del “corpus constantinianum”, donde era un mutuo usarse para fines detestables y poco claros de poder. Hoy en países democráticos reales debe desaparecer ese sistema, ya sea dado a una organización o a una subordinación servil de representantes legítimos del pueblo a intereses mezquinos y unitarios en perjuicio de la mayoría.
Es hora que los cristianos reformados nos pongamos a evangelizar, aprovechando que el próximo año se conmemora los 500 años del nacimiento del gran reformador Juan Calvino, lograr llevar la luz de la Biblia a cada hogar, a cada hombre, para poder así reformar una sociedad y hacerla más justa y vivible, en un mundo desbordado por el pecado y desarraigado de la verdad de Dios.
Rev. José Luis Podestá

domingo, 1 de junio de 2008

Recuperar la realeza de Cristo, comentario al salmo segundo.


Este salmo segundo, muy frecuentemente denominado salmo real, por ser el primero de una serie que se ocupa del rey, el ungido de Dios, quien es el que ejecuta la soberanía sobre la nación.

Es posible que la constitución de estos salmos, se vean influidos por algunas ceremonias de investiduras monárquicas o ceremonias de la cuales intervienen estos gobernantes.

Un detalle a tener en cuenta en este salmo, es que comienza a hablar explícitamente sobre la institución por parte de Dios de un rey en Sión, la entonces capital del reino, pero a su vez denuncia en este salmo una insurrección de reyes de diferentes lugares de la tierra, en este caso cercanos a Sión, Jerusalén, en donde se esparce un plan malévolo de destruir al ungido de Dios, y contra el mismo Jehová. No es casualidad que hoy también vivamos un reflejo de este salmo en nuestra sociedad mundial, en donde las naciones intentan borrar todo vestigio de lo Divino, del cristianismo en sus constitución como nación, casi como algo maquiavélicamente perpetrado a través de los siglos, las naciones y sus poderes, intentan tapar por todos los medios cualquier huella de cristianismo autentico.

En la estructura de este salmo, vislumbramos tres segmentos temáticamente distintos, esto es la insurrección de los reyes y sus naciones (Sal: 2, 1-6); una determinación de adopción por parte de Dios (Sal: 2, 7-9); un consejo fundamental de Jehová a los reyes de la tierra, con el cual concluye este salmo (Sal: 2, 10-12). En la primera parte el salmista hace alusión a las palabras de los reyes de la tierra y las de Dios; Seguidamente en la parte segunda, habla el rey de Sión, que expone las palabras emitidas u acciones realizadas por Dios y su acción contra los rebeldes; en la tercera, recupera la palabra el salmista, lo podemos ver en una especial descripción que realiza respecto a la importancia que tenia en Israel, como en los pueblos vecinos, la entronización real, es decir, la propiedad del trono y el comienzo del reinado. Para cumplir con esta asunción uno de los principales elementos del rito era la unción con el óleo “sagrado” como señal de consagración. A través ella el rey se tornaba en el ungido del Señor, convertido en un “Mesías” gobernante y a través de este decreto de adopción, el rey estaba legitimado como hijo adoptado por el mismo Dios, como su representante legal en el pueblo escogido, (Sal: 2, 7). Se establecía una filiación entre el monarca y el mismo Creador, por lo cual se creía que sujetarse al rey era observar la voluntad Divina, que se desplegaba a través del gobernante y que toda insurrección en contra él, significaba sublevarse contra el mismo Dios altísimo que lo preservaba (Sal: 2, 2-3).

Por lo tanto el autor pronuncia a viva voz el asombro que le causa esa temeridad de los demás reyes en sublevarse contra el nuevo monarca y la frustración a que están sometidos estos reyes, no ungidos por Jehová, al querer revelarse contra el elegido de Dios.

En la parte final Jehová insiste en que todos los demás reyes deben ser prudentes, admitir las correcciones y el servicio a Dios con temor y tributar la honra al hijo de Dios, en este caso al rey ungido Israelita, el cual asume la filiación Divina, y manifiesta que son bienaventurados todos los que a el respetan como su legitimo representante.
Si bien esta parte de la historia de Israel reflejada en éste salmo segundo, trajo devastadoras consecuencias para la historia del pueblo, no es negligente decir que era la realidad que Dios tenía para ese, su pueblo elegido, el dirigir los pasos de la historia, hasta la llegada del verdadero Rey y Mesías, Jesucristo, quien fue y es el verdadero soberano de la creación.

Si bien como dije al principio, hoy las naciones parecen revivir este salmo en la historia actual donde se prodiga la destrucción o marginación de lo cristiano, de lo auténticamente revolucionario en la historia de la humanidad que es la encarnación, muerte y resurrección de Cristo, y que hoy más que nunca es necesario revitalizar este hecho histórico tan trascendental para la humanidad y su historia, el reinado soberano de Cristo; el negar el mismo y su realeza, es caer en el agujero negro de la historia sin Dios, que termina en un desenfreno de destrucción de lo auténticamente humano, lo trascendentalmente Divino y la esperanza del hombre de trascender más allá de la naturaleza corruptible .

Recuperar el reinado del Mesías, Jesucristo, es imperioso para mejorar esta sociedad que cada día más pierde esa brújula dorada que es la cercanía con el Creador.

Rev. José Luis Podestá

lunes, 26 de mayo de 2008

Comentario al Salmo 1


El salterio comienza con un salmo que es una profunda reflexión de la condición y forma en que el hombre debe desempeñarse en justicia y bienaventuranza.

La estructura de este salmo primero, la podemos dividir en tres partes, la primera que comprende una bienaventuranza (Sal. 1:1-2); la segunda se desarrolla una comparación (Sal. 1: 3-4); y en la tercera se produce una conclusión (Sal. 1: 5-6) de cómo terminaran los desobedientes de Jehová.

Este salmo gira alrededor de la barrera que existe entre el justo, fiel a los principios Bíblicos de fidelidad a Dios y de los malvados que desobedecen la voluntad del Creador y profundiza con marcado énfasis los dos caminos (Sal. 1: 1.6). El camino es una metáfora conocida de la conducta del ser humano, lo observamos cuando éste salmo comienza expresando la dicha del hombre que es justo y no interviene en las malas ideas ni confecciona proyectos con los malvados, que son los que se apartan del camino de Dios y la manera como se conducen los inicuos; es un constante tema de meditación para el justo, las conductas de estos escarnecedores, el debe apartarse de todo contacto que le pueda provocar una caída y alejamiento de Dios, o simplemente ser señalado como parte de ese grupo. El salmista remarca que para él solamente existe como norma de vida la ley del Señor, recibida con deleite y devoción.

En un periodo posterior de la historia del pueblo Judío observamos una reflexión denominada “sapiencial” de los referentes de la Ley en Israel, la sabiduría llegó a identificarse con la ley, por que todo sabio cumplía la ley de Dios a rajatabla, eso es lo que postreramente constituyo el ser sabio. También es arraigada la forma de identificar esto con un axioma indeleble en el pueblo Hebreo que es, ser justo es igual a ser sabio, y ser sabio es ser cumplidor de la Torá.

Todo lo contrario a esta realidad de justicia es ser malvado, que es equivalente a ser necio, escarnecedor y a su vez incumplidor de la ley de Jehová.

Marca en este salmo el autor Davídico la dicha que es para el hombre ser un fiel cumplidor de la Ley y a través de ese cumplimiento mantenerse al margen de la unidad con los impíos.

La imagen del árbol, que el salmista utiliza como término de comparación es excelentemente gráfica y sugestiva, ya que un árbol bien irrigado es por excelencia exuberante y frondoso, y a su ves está sólidamente arraigado y con frutos abundantes.

Esto es una afrenta Divina para los que viven en la inestabilidad, sufriendo una falta de arraigo que es comparable al polvo suelto sobre la tierra que el viento lo desparrama por doquier.

El principio usual, de que a los justos les va bien y los malos se hunden, se irradia en esta comparación y constituye, además el contenido de la última parte del salmo (Sal. 1: 5-6), en la que el salmista extracta y sella con un tono solemne el desencanto de los malvados y pecadores, que es y será absoluto en todos los terrenos. Como el salmo no explica profundamente con más detalles el destino de los hombres, pero es una forma de dejar una puerta abierta al destino escatológico del camino de los justos y sabios que serán llevados a buen fin, al éxito, a la plenitud de la dicha que solo en Dios se encuentra. No así los malvados que serán condenados en su propia desdicha sufriendo los horrores de la desobediencia

El salmista finaliza con una relación de dos ideas que establece un resumen adecuado, en que el justo que profundiza la ley del Señor y éste lo protege en su diario caminar en la justicia de Dios y el malvado es esparcido de la presencia del Altísimo, como el tamo que arrebata el viento.

Este salmo es una buena forma de compara el mensaje que Jesucristo nos da en (Mat.7:13-14), con imágenes instructivas sobre las dos sendas, y el oír y hacer cumplimiento la Palabra de Dios, esto es la garantía de la fuerza y estabilidad en Cristo que Él mismo es el camino de justicia, siendo que el que permanece en Él da frutos abundantes, podemos incluso ver la parábola de la vid, para eso están destinados los cristianos ,los justos para alimentarnos en Cristo, hundir nuestras raíces en la corriente de agua que es la Palabra de Dios y dar los frutos abundantes en la sociedad actual y en el transcurso de nuestras vidas.

Rev. José Luis Podestá

Los salmos como fuente de diálogo con el Creador.


La oración es potencialmente la expresión más elegida del encuentro y el coloquio asiduo entre el hombre y Dios. A través de este hablar en intimidad con el Ser Supremo, el hombre logra dirigir sus experiencias y emociones mediante un ruego confiado a su Dios, en donde manifiesta muchas veces el arrepentimiento o agradecimiento por algún hecho concreto y sobre todo en el culto público; la alabanza bajo un aspecto de adoración en donde Dios y el hombre se unen en intimidad en una eterna acción de gracias por parte del cristiano que fue predestinado a estar con su Señor; es una autentica profesión de fe. Cuando los sentimientos y las expresiones publicas se motivan en un lenguaje que llega a adoptar notables expresiones y muchas veces con características poéticas en más de una oración y en especial cuando se transforma en letra para un tema del canto, en la comunidad de creyentes.

Así sucedió con los salmos bíblicos, es un diálogo eterno entre el ser humano y su Dios, podemos decir, que los salmos se dirigen al Todopoderoso, pero además hablan de este Dios y de sus atributos y de las intervenciones en la historia de la creación, es la manifestación plena del sentimiento del hombre en el caminar en esta tierra, en donde debate en cada paso la presencia o de la ausencia de Dios en su vida y de la constante relación con el Creador de todo lo invisible y lo visible.

No podemos dudar que en los salmos se ensalza a Dios por lo que es, por su grandeza, por los prodigios que ha hecho y hace en la naturaleza y en la historia del hombre por su lealtad, fidelidad, por su perdón, justicia, de otorgar sus favores a los hombres reflejado de modo específico en la historia del pueblo de Israel a lo largo del tiempo, constituyéndose así en la experiencia religiosa de un pueblo a través de los siglos, por añadidura experiencia que el pueblo cristiano es participe desde la venida del Verbo Encarnado.

Podemos observar a través de cada uno de los salmos, como a Dios se le habla de tú a tú, una franqueza y amistad poco visto en otras religiones, el mismo Jesús nos dijo como debíamos orar, el Padre nuestro, allí deja de ser un Dios escondidos para ser un Padre, con todo ese amor y comprensión que un buen padre desea para sus hijos, así “rompe el molde” del acercamiento con la Divinidad.

Esta cercanía con Dios lo vemos en el mismo Cristo, en su revelación en plenitud. Nuestro Señor, Jesús, bebió de la inmensurable espiritualidad de los salmos y los utilizó en su plegaria y así también los primeros cristianos, se valieron de ellos para deducir el misterio del Dios hecho hombre y para explicarlo en sus enseñazas. Pues como ellos, nosotros hoy, debemos reincorporar a nuestras oraciones y enseñazas los salmos de nuestra Biblia, somos testigos privilegiados por nuestra fe en el resucitado y de los misterios de Dios revelados en cada versículo de las Escrituras.


Que nuestras iglesias logren recuperar una adecuada lectura del salterio y también en nuestra intimidad del hogar o donde nos encontremos poder disfrutar del diálogo íntimo con el Creador.


Rev. José Luis Podestá