jueves, 31 de julio de 2008

Espiritualidad conyugal y reflejo en el barrio.


El tema de la espiritualidad conyugal es indicado observarla de variadas perspectivas, algunos parten enfocando la espiritualidad desde el punto de vista de los medios; otros, parten de la espiritualidad como fenómeno global. El enfoque que voy a ofrecer aquí es desde la visión cristiana, especialmente bíblica y como desde esta perspectiva afecta y se desarrolla en el barrio.
Puedo decir que la espiritualidad es "la ciencia, primeramente, de las reacciones de la conciencia religiosa ante el objeto de la fe, lo cual constituye el aspecto intelectual, y, en segundo lugar, la ciencia de los actos humanos que tienen una referencia especial a Dios”
Al emplear esta enunciación en el contexto cristiano bíblico, podemos decir que es "la aplicación del Evangelio a la vida del cristiano”.
Esto quiere decir que el Evangelio con todo lo que lo representa, que es la Palabra de Dios revelada y enviada al hombre para ser norma de vida, ésta Palabra concede al hombre la “sabiduría” de Dios, le muestra el camino para llegar a Él y los medios para lograr la salvación que Jesús nos obtuvo por la redención, esto es la Fe en Cristo, único mediador entre Dios y los hombres. El colofón del mensaje evangélico es concebir que el hombre asimile en su vida el plan Divino y mediante su realización obtener la unión final del individuo con Dios, es decir, los que vulgarmente se llama la santidad. El hombre está marcado por una predestinación, ser hijo de Dios y vivir como tal, en esta tierra.
Por lo tanto la familia, en especial la pareja, debe reflejar y desarrollar una tarea evangelizadora en su entorno, sea mediante actividades visibles al resto de la comunidad o ya sea en forma interna en donde se refleje el amor de Dios en sus vidas.
El punto de partida de este proceso de manifestación pública de nuestra espiritualidad cristiana y concretamente la reformada, es la predicación de la Palabra y el testimonio de vida, la integridad del mensaje evangélico. La propiedad del lenguaje que se emplee para hacerlo es importante y a su vez llegar a las personas en lo hondo de sus vidas a través de nuestro testimonio, además como factor que contribuye a especificar la espiritualidad de cada uno de los miembros de la pareja.
La causa ejemplar que el Evangelio plantea a todo ser humano es Cristo, Señor y Maestro. El Evangelio no se puede reducir a una doctrina, ni a una ideología. El Evangelio reclama una adhesión personal a Cristo, es una fe concreta en el Resucitado, de absoluto testimonio y entrega. La espiritualidad cristiana no es la búsqueda de una perfección al estilo de los estoicos o del monacato medieval. La gracia no es fruto de la acción humana, proviene de Cristo como el agua de la fuente.
Por lo tanto como matrimonio se debe testimoniar la fuente que es el Evangelio y esa agua viva que brota de la misma que es Cristo, causa eficiente de nuestra salvación.

Rev. José Luis Podestá

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