jueves, 24 de diciembre de 2009

Revivir la navidad


Nos acercamos nuevamente a la conmemoración de la natividad del Señor, si bien es obvio que es una fecha simbólica que se utilizó para suplantar un culto pagano, pero no deja de servirnos a los cristianos para poder comprender mejor el misterio de la encarnación de la segunda Persona de la Trinidad, el Verbo, que gracias a su encarnación , tomó nuestra naturaleza humana, y en él moraban dos, la divina y la humana, y así logro nuestra redención, pagando un precio por nuestra liberación de la condición de esclavos del pecado.

Si, es digno ver como en muchas casas, ciudades, países e inclusive iglesias, se adorna con árboles de navidad, Santa Claus, etc. Y parece que poco a poco vamos olvidando cual es el sentido de la conmemoración de este 25 de diciembre, que nada más y nada menos es el “nacimiento” de nuestro salvador en carne humana.

Lamentablemente el marketing de productos, del consumo desmedido, del desenfreno en el comer y beber, rompe el sentido real y solo nos atragantamos con los placeres mundanos, como si el sacrificio que Cristo hizo en la cruz no sirvió de nada.

¡Claro que hay culpables de que esto suceda!, no solo las empresas que buscan suculentas ganancias en esta época, o nuestra gula en pegarnos sendos atracones y al día siguiente tomar te digestivos, ninguno de ellos son los culpables verdaderos, ¿o si lo son?, pero en una mínima expresión, los grandes culpables somos nada mas ni nada menos que los ministros del Evangelio, que no supimos catequizar adecuadamente sobre el misterio del Verbo encarnado; nos dejamos arrastrar por la corriente y la seducción de lo banal y comercial, reemplazamos inconscientemente en nuestros corazones ese día a Cristo, por Santa Claus, ¿ será que ahora vamos a predicar un Evangelio según “ santa Claus” para conformarnos al siglo?.

Pues solo quiero invitar a nuestros ministros que en esta navidad logremos predicar al Verbo que se hizo hombre y habitó entre nosotros, para lograr nuestra salvación, que a pesar de las luces del mundo que nos encandilan para hacernos olvidar del Evangelio y nos sumemos al carro del comercio festivo y de una seudo navidad de solo buenas intenciones y de saludos forzados, podamos si verdaderamente exponer la verdad de Cristo y logremos decir que “Que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor…” (Lc.2; 11), así poder ser pesebres vivientes que portemos en nuestros corazones al Rey de Reyes, Señor de Señores, para evangelizar a los hombres que el nos ha dado.

Feliz navidad del Señor a Todos.

Rev. José Luis Podestá

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