lunes, 28 de enero de 2008

El enfermo como sujeto evangelizado y evangelizador



En la sociedad en que vivimos unas de las prioridades de las comunidades que conforman la Iglesia Presbiteriana Ortodoxa en Argentina, es la evangelización.

Pero nos planteamos el como y el donde realizarlas, métodos, lugares, mensajes, etc., y una causa pendiente de la mayoría de las iglesias herederas de la reforma es la evangelización en los ámbitos hospitalarios, en donde el dolor y la salud van unidas de la mano.

Esta situación de sufrimiento del hombre es también una oportunidad y un deber de actividad de nuestras iglesias, en donde refleje la luz del Evangelio en las personas que padecen enfermedades y sus familiares. Por lo tanto debemos organizar correctamente una pastoral hospitalaria adecuada, la formación especializada de los ministros y los grupos que van a realizar las visitas a los centros de salud, para no provocar situaciones incoherentes en un ámbito donde la profesionalización es necesitada constantemente, entre ellas la de los capellanes o los pastores visitadores.

Los pastores que tengan la noble tarea de visitar a los dolientes en los hospitales y a su vez confortar a los familiares, debe ser una persona que tenga las cualidades espirituales, e intelectuales necesarias, sin olvidar los instrumentos “técnicos necesarios” para integrarse en el complejo mundo de la salud.

Es necesario que el pastor esté formado en conocimientos mínimos al menos de la bioética, antropología bíblica, cierto conocimiento en enfermedades y del mundo del acompañamiento del hospitalizado y de sus familia, hoy no podemos enviar a improvisados, que por mas buena voluntad que se tenga, es un riesgo para la obra misionera en los hospitales como para incluso la salud física y psíquica del pastor como así del enfermo o familiar del mismo.

Si sabemos aprovechar bien la oportunidad de llevar el consuelo del Evangelio al sufriente y a su círculo familiar, podremos construir sujetos evangelizados y a la vez evangelizadores, estos desde su situación particular, son lumbreras de fe ante los demás pacientes e incluso las personas que integran el cuerpo hospitalario.

Acompañarlos con una adecuada catequesis sobre el dolor y sufrimiento es una forma de que ellos desde esas situaciones específicas puedan desplegar toda la riqueza del Evangelio presente en sus escenarios de salud enfermedad, siendo un instrumento de ejemplo que perdurara en las personas que entren en contacto con él.

Evangelizar desde el dolor es tan efectivo como la recepción en su mayoría del evangelio por parte del sufriente, ya que ésta persona se aferra a la esperanza que solo Dios Uno y Trino puede otorgar a los hombres, en ese contexto es necesario preparar e impartir una educación bíblica sobre el dolor y la confianza en el Creador y su soberanía, logrando ponernos humildemente en sus manos y conduzca nuestro destino según su voluntada.

No debemos olvidar también el interactuar en lo posible con el personal hospitalario, en sus diferentes oficios, para logar que se conforme un grupo de personas comprometidas con el Evangelio y sean idóneos en sus actividades y a su vez cristianos que sepan transmitir el mensaje de las Escrituras, no permitiendo que filosofías en contra del mensaje central de la Palabra de Dios, afecte los centros de salud, que sabemos que en su mayoría se infectaron con el virus de “ la muerte sistemática” de seres humano , sean nacidos o por nacer.

Es pues nuestro compromiso formar generaciones de pastores y demás miembros de nuestras iglesias, que sepan integrar diferentes disciplinas para una adecuada pastoral de la salud en los centros sanitarios como en domicilios particulares, e inclusive a los que se acercan a nuestras comunidades.

Poner énfasis en la formación académica y práctica concerniente a esta temática, sea mediante cursos, seminarios, simposios e inclusos carreras especificas al mundo de la salud, para así desarrollar una catequética adecuada con buenos elementos para evangelizar en medio del dolor.

Es nuestro anhelo que la misión de Argentina logre formar personal adecuado para tal sublime tarea.

Rev. Lic. José Luis Podestá.

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